HECHOS 13:22-25
HECHOS 13:22-25 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Tras destituir a Saúl, les puso por rey a David, de quien dio este testimonio: “He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón; él realizará todo lo que yo quiero”. »De los descendientes de este, conforme a la promesa, Dios ha provisto a Israel un Salvador, que es Jesús. Antes de la venida de Jesús, Juan predicó un bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel. Cuando estaba completando su carrera, Juan decía: “¿Quién suponéis que soy? No soy el que vosotros suponéis, sino que después de mí viene uno a quien no soy digno ni siquiera de desatarle las sandalias”.
HECHOS 13:22-25 Reina Valera 2020 (RV2020)
Cuando Dios le quitó el trono a Saúl, puso como rey a David, del cual dijo: He encontrado a David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón, quien cumplirá toda mi voluntad. De acuerdo con su promesa, Dios levantó de la descendencia de David un salvador para Israel, que es Jesús. Antes de su venida, predicó Juan el bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel. Próximo ya el final de su carrera, dijo Juan: «¿Quién pensáis que soy yo? Yo no soy el que suponéis: viene detrás de mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de los pies».
HECHOS 13:22-25 La Palabra (versión española) (BLP)
Después Dios lo destituyó y les puso como rey a David, acerca del cual manifestó: He encontrado que David, hijo de Jesé, es un hombre de mi agrado, que cumplirá todo cuanto quiero. Y Dios, de acuerdo con su promesa, hizo surgir de su linaje un salvador para Israel, Jesús. Previamente Juan, como precursor, proclamó un bautismo que sirviera como señal de conversión para todo el pueblo israelita. Próximo ya el final de su carrera, decía Juan: «¿Quién pensáis que soy? Por supuesto no el que esperáis, pues ni siquiera soy digno de desatar el calzado a quien viene después de mí».
HECHOS 13:22-25 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
al cabo de los cuales Dios lo quitó y puso en su lugar a David, de quien dijo: ‘He hallado que David, hijo de Jesé, es un hombre que me agrada y que está dispuesto a hacer todo lo que yo quiero.’ Uno de los descendientes de este mismo David fue Jesús, a quien Dios envió para salvar a Israel, tal como había prometido. Antes que Jesús viniera, Juan anunciaba el mensaje a todo el pueblo de Israel, diciéndoles que debían convertirse a Dios y ser bautizados. Y cuando ya Juan se iba acercando al fin de su vida, decía: ‘Yo no soy el que vosotros pensáis, pero después de mí viene uno de quien ni siquiera soy digno de desatar las sandalias de los pies.’