Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

HECHOS 1:1-14

HECHOS 1:1-14 Reina Valera 2020 (RV2020)

Estimado Teófilo, en mi primer escrito, me referí a todas las cosas que Jesús hizo y enseñó desde el comienzo hasta el día en que fue llevado arriba, al cielo, después de haber dado instrucción por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido. Después de su padecimiento, Jesús también se presentó a los apóstoles con muchas pruebas indudables de estar vivo: se les apareció durante cuarenta días y les hablaba acerca del reino de Dios. Estando juntos les dio esta orden a todos ellos: —No salgáis de Jerusalén. Esperad la promesa del Padre, de la que os hablé, porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días. Quienes estaban con él reunidos le preguntaron: —Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Respondió Jesús: —No os toca a vosotros saber los tiempos o las ocasiones. Son potestad exclusiva del Padre. Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra. Habiendo dicho esto y a la vista de todos ellos, fue elevado a las alturas y una nube le ocultó a sus ojos. Mientras ellos contemplaban su ascensión, se pusieron a su lado dos hombres con vestiduras blancas y les dijeron: —Galileos, ¿qué hacéis ahí parados, mirando atentamente al cielo? Este Jesús, que de entre vosotros ha sido elevado al cielo, vendrá del mismo modo como le habéis visto ir. Volvieron a Jerusalén desde el monte llamado del Olivar. Distaba de Jerusalén el espacio correspondiente a lo que se permitía caminar un sábado. Cuando llegaron, subieron al aposento alto, donde estaban Pedro, Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, hermano de Jacobo. Y todos ellos, junto a las mujeres, a María, la madre de Jesús, y a los hermanos de este, eran constantes y unánimes en oración y ruego.

Compartir
Lee HECHOS 1

HECHOS 1:1-14 La Palabra (versión española) (BLP)

Querido Teófilo: En mi primer libro me ocupé de lo que hizo y enseñó Jesús desde sus comienzos hasta el día en que subió al cielo, una vez que, bajo la acción del Espíritu Santo, dio las oportunas instrucciones a los apóstoles que había elegido. A estos mismos apóstoles se presentó después de su muerte y les dio pruebas abundantes de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios. Con ocasión de una comida que tuvo con ellos, les ordenó: —No os marchéis de Jerusalén; esperad a que el Padre cumpla la promesa de que os hablé; porque Juan bautizaba con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días. Los que lo acompañaban le preguntaron: —Señor, ¿vas a restablecer ahora el reino de Israel? Jesús les contestó: —No es cosa vuestra saber la fecha o el momento que el Padre se ha reservado fijar. Vosotros recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre vosotros y os capacitará para que deis testimonio de mí en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta el último rincón de la tierra. Y, dicho esto, lo vieron elevarse, hasta que una nube lo arrebató de su vista. Estaban aún contemplando sin pestañear cómo se alejaba en el cielo, cuando dos personajes vestidos de blanco se presentaron ante ellos y les dijeron: —Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? Estad seguros de que el mismo Jesús que ha sido arrebatado de entre vosotros para subir al cielo, igual que lo habéis visto ir al cielo, volverá. Regresaron entonces a Jerusalén desde el llamado monte de los Olivos, lugar cercano a la ciudad, de la que distaba el trayecto que se permitía recorrer en sábado. Cuando llegaron, subieron al piso en que se alojaban; eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, hijo de Santiago. Todos estos, junto con las mujeres, con María la madre de Jesús y con los hermanos de este, oraban constantemente en íntima armonía.

Compartir
Lee HECHOS 1

HECHOS 1:1-14 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

En mi primer libro, excelentísimo Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús había hecho y enseñado desde el principio y hasta el día en que subió al cielo. Antes de irse escogió a sus apóstoles, y por medio del Espíritu Santo les dio instrucciones sobre lo que debían hacer. Y después de muerto se les presentó en persona, dándoles así pruebas evidentes de que estaba vivo. Durante cuarenta días se dejó ver de ellos y les hablaba del reino de Dios. Cuando todavía estaba con los apóstoles, Jesús les advirtió que no debían irse de Jerusalén. Les dijo: –Esperad a que se cumpla la promesa que mi Padre os hizo y de la cual yo os hablé. Es cierto que Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo. Los que estaban reunidos con Jesús le preguntaron: –Señor, ¿vas a restablecer en este momento el reino de Israel? Jesús les contestó: –No os toca a vosotros saber en qué día o en qué ocasión hará el Padre las cosas que solamente él tiene autoridad para hacer; pero cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, recibiréis poder y saldréis a dar testimonio de mí en Jerusalén, en toda la región de Judea, en Samaria y hasta en las partes más lejanas de la tierra. Dicho esto, mientras ellos le estaban mirando, Jesús fue llevado arriba; una nube lo envolvió y no volvieron a verle. En tanto ellos miraban fijamente cómo Jesús subía al cielo, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: –Galileos, ¿qué hacéis ahí, mirando al cielo? Este mismo Jesús que estuvo entre vosotros y que ha sido llevado al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que le habéis visto ir allá. Desde el llamado monte de los Olivos, los apóstoles regresaron a Jerusalén. La distancia era corta: precisamente la que la ley permitía recorrer en sábado. Al llegar a la ciudad subieron al piso alto de la casa donde estaban alojados. Eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago hijo de Alfeo, Simón el Celote y Judas hijo de Santiago. Todos ellos, junto con algunas mujeres, y con María la madre de Jesús y los hermanos de él, se reunían siempre para orar.

Compartir
Lee HECHOS 1

HECHOS 1:1-14 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Estimado Teófilo, en mi primer libro me referí a todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar hasta el día en que fue llevado al cielo, tras darles instrucciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido. Después de padecer la muerte, se les presentó dándoles muchas pruebas convincentes de que estaba vivo. Durante cuarenta días se les apareció y les habló acerca del reino de Dios. Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: ―No os alejéis de Jerusalén, sino esperad la promesa del Padre, de la cual os he hablado: Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo. Entonces los que estaban reunidos con él le preguntaron: ―Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el reino a Israel? ―No os toca a vosotros conocer la hora ni el momento determinados por la autoridad misma del Padre —les contestó Jesús—. Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre vosotros, recibiréis poder y seréis mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra. Habiendo dicho esto, mientras ellos lo miraban, fue llevado a las alturas hasta que una nube lo ocultó de su vista. Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. De repente, se les acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: ―Galileos, ¿qué hacéis aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre vosotros al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo habéis visto irse. Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, situado aproximadamente a un kilómetro de la ciudad. Cuando llegaron, subieron al lugar donde se alojaban. Estaban allí Pedro, Juan, Jacobo, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hijo de Jacobo. Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María.

Compartir
Lee HECHOS 1