2 TESALONICENSES 2:3-12
2 TESALONICENSES 2:3-12 Reina Valera 2020 (RV2020)
¡Nadie os engañe de ninguna manera!, pues no vendrá sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición. Este malvado se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; llega incluso a sentarse en el templo de Dios como Dios y se hace pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros os decía esto? Y ahora vosotros sabéis qué es lo que lo detiene, para que solo se manifieste a su debido tiempo. Ya está en acción el misterio de la iniquidad; solo falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. Y entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida. La llegada de este malvado, que es obra de Satanás, irá acompañada de gran poder, señales y falsos milagros. Y se valdrá de toda clase de mentiras perversas para engañar a los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean en la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la iniquidad.
2 TESALONICENSES 2:3-12 La Palabra (versión española) (BLP)
¡Que nadie os desoriente en modo alguno! Es preciso que primero se produzca la gran rebelión contra Dios y que se dé a conocer el hombre lleno de impiedad, el destinado a la perdición, el enemigo que se alza orgulloso contra todo lo que es divino o digno de adoración, hasta el punto de llegar a suplantar a Dios y hacerse pasar a sí mismo por Dios. ¿No recordáis que ya os hablaba de esto cuando estaba entre vosotros? Ya conocéis el obstáculo que ahora le impide manifestarse en espera del momento que tiene prefijado. Porque ese misterioso y maligno poder está ya en acción; solo hace falta que se quite de en medio el que hasta el momento lo frena. Entonces se dará a conocer el impío a quien Jesús, el Señor, destruirá con el aliento de su boca y aniquilará con el esplendor de su manifestación. En cuanto a la manifestación de ese impío, como obra que es de Satanás, vendrá acompañada de todo un despliegue de fuerza, de señales y de falsos prodigios. Con su gran maldad engañará a quienes están en camino de perdición al no haber querido hacer suyo el amor a la verdad que había de salvarlos. Por eso Dios les envía un poder seductor de forma que den crédito a la mentira y se condenen todos los que, en lugar de dar crédito a la verdad, se abrazaron con la iniquidad.
2 TESALONICENSES 2:3-12 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
No os dejéis engañar de ninguna manera. Pues antes de aquel día tiene que venir la rebelión contra Dios, cuando aparezca el hombre malvado, el que está condenado a destrucción. Este es el enemigo que se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o merece ser adorado, y llega incluso a instalar su trono en el templo de Dios, haciéndose pasar por Dios. ¿No recordáis que ya os hablaba de esto mientras estaba aún entre vosotros? Y ahora sabéis qué es lo que le detiene, para que no aparezca antes de su debido tiempo. Pues el plan secreto de la maldad ya está en marcha; solo falta que sea quitado de en medio el que ahora le está deteniendo. Entonces aparecerá aquel malvado, a quien el Señor Jesús matará con el soplo de su boca y destruirá cuando regrese en todo su esplendor. Aquel malvado vendrá ayudado por Satanás. Llegará con mucho poder, con señales y falsos milagros, y se valdrá de toda clase de maldad para engañar a los que van a la condenación porque no quisieron aceptar y amar la verdad para recibir la salvación. Por eso, Dios deja que el error los engañe y que crean en la mentira, y así serán condenados todos los que no han querido creer en la verdad, sino que se complacen en la maldad.
2 TESALONICENSES 2:3-12 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
No os dejéis engañar de ninguna manera, porque primero tiene que llegar la rebelión contra Dios y manifestarse el hombre de maldad, el destructor por naturaleza. Este se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de adoración, hasta el punto de adueñarse del templo de Dios y pretender ser Dios. ¿No recordáis que ya os hablaba de esto cuando estaba con vosotros? Bien sabéis que hay algo que detiene a este hombre, a fin de que él se manifieste a su debido tiempo. Es cierto que el misterio de la maldad ya está ejerciendo su poder; pero falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. Entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor Jesús derrocará con el soplo de su boca y destruirá con el esplendor de su venida. El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos. Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos. Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira. Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad, sino que se deleitaron en el mal.