2 TESALONICENSES 2:1-9
2 TESALONICENSES 2:1-9 La Palabra (versión española) (BLP)
En cuanto a la manifestación de nuestro Señor Jesucristo y al momento de nuestra reunión con él, os pedimos, hermanos, que no perdáis demasiado pronto la cabeza, ni os dejéis impresionar por revelaciones, por rumores o por alguna carta supuestamente nuestra en el sentido de que el día del Señor es inminente. ¡Que nadie os desoriente en modo alguno! Es preciso que primero se produzca la gran rebelión contra Dios y que se dé a conocer el hombre lleno de impiedad, el destinado a la perdición, el enemigo que se alza orgulloso contra todo lo que es divino o digno de adoración, hasta el punto de llegar a suplantar a Dios y hacerse pasar a sí mismo por Dios. ¿No recordáis que ya os hablaba de esto cuando estaba entre vosotros? Ya conocéis el obstáculo que ahora le impide manifestarse en espera del momento que tiene prefijado. Porque ese misterioso y maligno poder está ya en acción; solo hace falta que se quite de en medio el que hasta el momento lo frena. Entonces se dará a conocer el impío a quien Jesús, el Señor, destruirá con el aliento de su boca y aniquilará con el esplendor de su manifestación. En cuanto a la manifestación de ese impío, como obra que es de Satanás, vendrá acompañada de todo un despliegue de fuerza, de señales y de falsos prodigios.
2 TESALONICENSES 2:1-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
Con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no cambiéis fácilmente de manera de pensar. No os asustéis al escuchar que el día del Señor está cerca, así se afirme que es una revelación, o una enseñanza, o citen alguna carta atribuida a nosotros. ¡Nadie os engañe de ninguna manera!, pues no vendrá sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición. Este malvado se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; llega incluso a sentarse en el templo de Dios como Dios y se hace pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros os decía esto? Y ahora vosotros sabéis qué es lo que lo detiene, para que solo se manifieste a su debido tiempo. Ya está en acción el misterio de la iniquidad; solo falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. Y entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida. La llegada de este malvado, que es obra de Satanás, irá acompañada de gran poder, señales y falsos milagros.
2 TESALONICENSES 2:1-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Ahora, hermanos, en cuanto al regreso de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, os rogamos que no cambiéis fácilmente de manera de pensar ni os dejéis asustar por ningún mensaje espiritual, discurso o carta que recibáis, como si fuera nuestra, diciendo que el día del Señor ya ha llegado. No os dejéis engañar de ninguna manera. Pues antes de aquel día tiene que venir la rebelión contra Dios, cuando aparezca el hombre malvado, el que está condenado a destrucción. Este es el enemigo que se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o merece ser adorado, y llega incluso a instalar su trono en el templo de Dios, haciéndose pasar por Dios. ¿No recordáis que ya os hablaba de esto mientras estaba aún entre vosotros? Y ahora sabéis qué es lo que le detiene, para que no aparezca antes de su debido tiempo. Pues el plan secreto de la maldad ya está en marcha; solo falta que sea quitado de en medio el que ahora le está deteniendo. Entonces aparecerá aquel malvado, a quien el Señor Jesús matará con el soplo de su boca y destruirá cuando regrese en todo su esplendor. Aquel malvado vendrá ayudado por Satanás. Llegará con mucho poder, con señales y falsos milagros
2 TESALONICENSES 2:1-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Ahora bien, hermanos, en cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, os pedimos que no perdáis la cabeza ni os alarméis por ciertas profecías, ni por mensajes orales o escritos supuestamente nuestros, que digan: «¡Ya llegó el día del Señor!» No os dejéis engañar de ninguna manera, porque primero tiene que llegar la rebelión contra Dios y manifestarse el hombre de maldad, el destructor por naturaleza. Este se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de adoración, hasta el punto de adueñarse del templo de Dios y pretender ser Dios. ¿No recordáis que ya os hablaba de esto cuando estaba con vosotros? Bien sabéis que hay algo que detiene a este hombre, a fin de que él se manifieste a su debido tiempo. Es cierto que el misterio de la maldad ya está ejerciendo su poder; pero falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. Entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor Jesús derrocará con el soplo de su boca y destruirá con el esplendor de su venida. El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos.