2 SAMUEL 9:1-7
2 SAMUEL 9:1-7 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
El rey David averiguó si había alguien de la familia de Saúl a quien pudiera beneficiar en memoria de Jonatán y, como la familia de Saúl había tenido un administrador que se llamaba Siba, mandaron a llamarlo. Cuando Siba se presentó ante David, este le preguntó: ―¿Eres tú Siba? ―A tus órdenes —respondió. ―¿No queda nadie de la familia de Saúl a quien yo pueda beneficiar en el nombre de Dios? —volvió a preguntar el rey. ―Sí. Todavía le queda a Jonatán un hijo que está tullido de ambos pies —le respondió Siba. ―¿Y dónde está? ―En Lo Debar; vive en casa de Maquir hijo de Amiel. Entonces el rey David mandó a buscarlo a casa de Maquir hijo de Amiel, en Lo Debar. Cuando Mefiboset, que era hijo de Jonatán y nieto de Saúl, estuvo en presencia de David, se inclinó ante él rostro en tierra. ―¿Eres tú Mefiboset? —le preguntó David. ―A tus órdenes —respondió. ―No temas, pues en memoria de tu padre Jonatán he decidido beneficiarte. Voy a devolverte todas las tierras que pertenecían a tu abuelo Saúl, y de ahora en adelante te sentarás a mi mesa.
2 SAMUEL 9:1-7 Reina Valera 2020 (RV2020)
Preguntó David: —¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl a quien pueda yo favorecer por amor de Jonatán? Había un siervo de la casa de Saúl llamado Siba, al cual llamaron para que viniera ante David. Y el rey le preguntó: —¿Eres tú Siba? —Sí, para servirte —respondió él. El rey le dijo: —¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, para que yo lo favorezca con la misericordia de Dios? Respondió Siba al rey: —Aún queda un hijo de Jonatán, lisiado de los pies. —¿Dónde está? —le preguntó entonces el rey. Siba respondió al rey: —Está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar. Entonces el rey David mandó traerlo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar. Al llegar Mefi-boset hijo de Jonatán hijo de Saúl, ante David, se postró sobre su rostro e hizo una reverencia. David le dijo: —Mefi-boset. —Aquí tienes a tu siervo —respondió él. Luego David añadió: —No tengas temor, porque a la verdad yo tendré misericordia contigo por amor de tu padre Jonatán. Te devolveré todas las tierras de tu abuelo Saúl, y tú comerás siempre a mi mesa.
2 SAMUEL 9:1-7 La Palabra (versión española) (BLP)
Cierto día David preguntó: —¿Queda algún superviviente de la familia de Saúl a quien yo pueda favorecer en memoria de Jonatán? Había un criado de la familia de Saúl, llamado Sibá, al que hicieron venir ante David. El rey le preguntó: —¿Eres tú Sibá? Y él respondió: —Soy tu servidor. El rey le dijo: —¿Queda alguien de la familia de Saúl a quien yo pueda favorecer como Dios manda? Sibá respondió al rey: —Aún queda un hijo de Jonatán, cojo de ambos pies. El rey le preguntó: —¿Dónde está? Y Sibá respondió al rey: —En Lodebar, en casa de Maquir, el hijo de Amiel. El rey mandó que lo trajeran de allí. Cuando Mefibóset, hijo de Jonatán y nieto de Saúl, llegó ante David, inclinó la cabeza e hizo una reverencia. David le preguntó: —¿Eres Mefibóset? Él contestó: —Aquí está tu servidor. David le dijo: —No temas, porque estoy dispuesto a favorecerte en memoria de tu padre, Jonatán. Te devolveré todas las tierras de tu abuelo Saúl y además comerás siempre a mi mesa.
2 SAMUEL 9:1-7 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Un día, David preguntó: “¿Ha quedado algún superviviente de la familia de Saúl, a quien yo pueda favorecer en memoria de Jonatán?” Había un sirviente de la familia de Saúl, llamado Sibá, al cual llamaron para que se presentara ante David. Cuando Sibá se presentó, le preguntó el rey: –¿Eres tú Sibá? –Para servir a Su Majestad –respondió él. Entonces el rey le preguntó: –¿Queda todavía alguien de la familia de Saúl por quien yo pueda hacer algo en el nombre de Dios? Sibá le respondió: –Queda todavía un hijo de Jonatán, que es inválido de ambos pies. –¿Dónde está? –dijo el rey. –En Lodebar, en casa de Maquir, hijo de Amiel –respondió Sibá. Entonces el rey David ordenó que lo trajeran de aquel lugar; y cuando Mefi-bóset, hijo de Jonatán y nieto de Saúl, llegó ante David, se inclinó en señal de reverencia. –¡Mefi-bóset! –exclamó David. –A las órdenes de Su Majestad –respondió él. David le dijo: –No tengas miedo, porque yo te voy a tratar muy bien, en memoria de Jonatán, tu padre. Haré que se te devuelvan todas las tierras de tu abuelo Saúl, y comerás siempre a mi mesa.