2 SAMUEL 14:1-4
2 SAMUEL 14:1-4 La Palabra (versión española) (BLP)
Joab, hijo de Seruyá, se dio cuenta de que el rey echaba de menos a Absalón. Entonces mandó que le trajeran de Tecoa una mujer astuta que vivía allí. Joab le dijo: —Finge que estás de luto, ponte ropa de luto y no te eches perfume, para que parezcas una mujer que desde hace tiempo guarda luto por un difunto. Preséntate al rey y dile lo que te voy a decir. Y Joab sugirió a la mujer lo que tenía que decir. La mujer de Tecoa se presentó ante el rey, inclinó su rostro e hizo una reverencia. Luego le dijo: —Socórreme, majestad.
2 SAMUEL 14:1-4 Reina Valera 2020 (RV2020)
Joab hijo de Sarvia supo que el corazón del rey se inclinaba por Absalón, por lo que mandó traer una mujer astuta de Tecoa, y le dijo: —Te ruego que finjas estar de duelo y te vistas ropas de luto; no te unjas con óleo, sino preséntate como una mujer que hace mucho tiempo está de duelo por algún muerto. Luego te presentarás delante del rey y le dirás todo lo que te voy a decir. Y le explicó Joab lo que debía decir. Entró, pues, aquella mujer de Tecoa al rey, y se postró sobre su rostro en tierra para hacer una reverencia, y dijo: —¡Socórreme, oh rey!
2 SAMUEL 14:1-4 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Joab, hijo de Seruiá, sabía que el rey echaba mucho de menos a Absalón, así que mandó traer de Tecoa a una mujer muy astuta que allí vivía. Le dijo: “Finge que estás de duelo y vístete de luto; y no te pongas perfume, pues debes parecer una mujer que durante mucho tiempo ha estado de luto por algún muerto. Luego preséntate ante el rey y repite exactamente lo que te voy a decir.” Luego que Joab le dijo lo que tenía que repetir, aquella mujer de Tecoa fue ante el rey, e inclinándose hasta tocar el suelo con la frente en señal de reverencia, le dijo: –¡Dígnese Su Majestad ayudarme!
2 SAMUEL 14:1-4 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Joab hijo de Sarvia se dio cuenta de que el rey echaba mucho de menos a Absalón. Por eso mandó traer a una mujer muy astuta, la cual vivía en Tecoa, y le dijo: ―Quiero que te vistas de luto, y que no te eches perfume, sino que finjas estar de duelo, como si llevaras mucho tiempo llorando la muerte de alguien. Luego Joab le ordenó presentarse ante el rey, explicándole antes lo que tenía que decirle. Cuando aquella mujer de Tecoa se presentó ante el rey, le hizo una reverencia y se postró rostro en tierra. ―¡Ayúdame, oh rey! —exclamó.