2 SAMUEL 12:7-15
2 SAMUEL 12:7-15 La Palabra (versión española) (BLP)
Entonces Natán dijo a David: —¡Ese hombre eres tú! Y esto te dice el Señor, Dios de Israel: «Yo te ungí como rey de Israel y te libré del poder de Saúl. Yo te entregué la casa de tu señor y puse sus mujeres en tus brazos; te entregué las tribus de Israel y de Judá y, por si esto fuera poco, pensaba darte aún mucho más». ¿Por qué has despreciado la palabra del Señor, haciendo lo que le desagrada? Has asesinado a Urías, el hitita, por medio de la espada amonita, y te has apoderado de su mujer. Pues bien, por haberme despreciado, tomando a la mujer de Urías, el hitita, para convertirla en tu esposa, la espada ya nunca abandonará tu casa. Esto dice el Señor: Yo haré que la desgracia te sobrevenga desde tu propia casa. Tomaré tus mujeres en tu propia cara y se las entregaré a tu prójimo, para que se acueste con ellas en tu cara y a la luz de este sol. Lo que tú hiciste a escondidas yo lo haré delante de todo el pueblo y a plena luz. David dijo a Natán: —¡He pecado contra el Señor! Natán le respondió: —El Señor ha perdonado tu pecado. No morirás. Pero por haber despreciado totalmente al Señor actuando así, el hijo que has tenido morirá. Natán se fue a su casa. El Señor hirió al hijo que la mujer de Urías había dado a David y cayó enfermo.
2 SAMUEL 12:7-15 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces dijo Natán a David: —Tú eres ese hombre. Así ha dicho el Señor, Dios de Israel: «Yo te ungí como rey de Israel y te libré de manos de Saúl, te entregué la casa de tu señor y puse en tus brazos a sus mujeres; además te di la casa de Israel y de Judá; y como si esto fuera poco, te habría añadido mucho más. ¿Por qué, pues, has tenido en poco la palabra del Señor, y has hecho lo malo delante de sus ojos? A Urías, el heteo, lo mataste a espada y tomaste a su esposa como mujer. Sí, a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón. Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste y tomaste la mujer de Urías, el heteo, para que fuera tu mujer». Así ha dicho el Señor: «Yo haré que de tu misma casa se alce el mal contra ti. Tomaré a tus mujeres delante de tus ojos y las entregaré a tu prójimo, el cual se acostará con ellas a la luz del sol. Tú lo hiciste en secreto, pero yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol». Entonces dijo David a Natán: —He pecado contra el Señor. Natán dijo a David: —También el Señor ha perdonado tu pecado; no morirás. Pero, por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos del Señor, el hijo que te ha nacido, ciertamente morirá. Y Natán se fue a su casa. El Señor hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente.
2 SAMUEL 12:7-15 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Entonces Natán le dijo: –¡Tú eres ese hombre! Y esto es lo que ha declarado el Señor, el Dios de Israel: ‘Yo te escogí como rey de Israel y te libré del poder de Saúl; te di el palacio y las mujeres de tu señor, y aun el reino de Israel y Judá. Por si esto fuera poco, te habría añadido muchas cosas más. ¿Por qué despreciaste mi palabra, e hiciste lo que no me agrada? Has asesinado a Urías el hitita, valiéndote de los amonitas para matarlo, y te has apoderado de su mujer. Puesto que me has menospreciado al apoderarte de la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer, jamás se apartará de tu casa la violencia. Yo, el Señor, lo declaro: Voy a hacer que el mal contra ti surja de tu propia familia, y en tu propia cara tomaré a tus mujeres y las entregaré a uno de tu familia, que se acostará con ellas a plena luz del sol. Si tú has actuado en secreto, yo voy a actuar en presencia de todo Israel y a plena luz del sol.’ David admitió ante Natán: –He pecado contra el Señor. Natán le respondió: –El Señor no te va a castigar a ti por tu pecado, y no morirás; pero como has ofendido gravemente al Señor, tu hijo recién nacido tendrá que morir. Y cuando Natán volvió a su casa, el Señor hizo que el niño que David había tenido con la mujer de Urías enfermara gravemente.
2 SAMUEL 12:7-15 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Entonces Natán le dijo a David: ―¡Tú eres ese hombre! Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: “Yo te ungí como rey sobre Israel, y te libré del poder de Saúl. Te di el palacio de tu amo, y puse sus mujeres en tus brazos. También te permití gobernar a Israel y a Judá. Y por si esto hubiera sido poco, te habría dado mucho más. ¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del SEÑOR haciendo lo que le desagrada? ¡Asesinaste a Urías el hitita para apoderarte de su esposa! ¡Lo mataste con la espada de los amonitas! Por eso la espada jamás se apartará de tu familia, pues me despreciaste al tomar la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer”. »Pues bien, así dice el SEÑOR: “Yo haré que el desastre que mereces surja de tu propia familia, y ante tus propios ojos tomaré a tus mujeres y se las daré a otro, el cual se acostará con ellas en pleno día. Lo que tú hiciste a escondidas, yo lo haré a plena luz, a la vista de todo Israel”». ―¡He pecado contra el SEÑOR! —reconoció David ante Natán. ―El SEÑOR ha perdonado ya tu pecado, y no morirás —contestó Natán—. Sin embargo, tu hijo sí morirá, pues con tus acciones has ofendido alSEÑOR. Dicho esto, Natán volvió a su casa. Y el SEÑOR hirió al hijo que la esposa de Urías le había dado a David, de modo que el niño cayó gravemente enfermo.