2 PEDRO 3:3-9
2 PEDRO 3:3-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
Sabed ante todo que en los últimos días vendrán charlatanes, que vivirán de acuerdo a sus propios malos deseos y dirán: «¿Dónde está la promesa de su regreso? Porque desde el día en que los padres murieron, todo sigue igual que al principio de la creación». Estos ignoran a propósito que en el tiempo antiguo los cielos fueron hechos por la palabra de Dios y también la tierra, la cual proviene del agua y por medio del agua subsiste. Por eso el mundo de entonces pereció anegado en agua. Por esa misma palabra son preservados los cielos y la tierra que existen ahora, reservados para el fuego, en el día del juicio y de la destrucción de los malvados. De cualquier modo, amados, no ignoréis una cosa, y es que para el Señor un día es como mil años y mil años son como un día. El Señor no retarda su promesa, tal como algunos piensan, sino que es paciente con nosotros, pues no quiere que ninguno perezca, sino que todos se arrepientan.
2 PEDRO 3:3-9 La Palabra (versión española) (BLP)
Sabed ante todo, que en los últimos días harán acto de presencia charlatanes que vivirán a su antojo y andarán diciendo en son de burla: «¿Qué hay de la promesa de su gloriosa venida? Porque ya han muerto nuestros mayores y todo sigue como al principio de la creación». Quienes así se pronuncian, olvidan que antaño existieron unos cielos y una tierra, a la que Dios, con su palabra, hizo surgir del agua y consolidó en medio del agua. Aquel mundo pereció anegado por las aguas. En cuanto a los cielos y la tierra actuales, la misma palabra divina los tiene reservados para el fuego, conservándolos hasta el día del juicio y de la destrucción de los impíos. De cualquier modo, queridos, no debéis olvidar que, para el Señor, un día es como mil años, y mil años como un día. No es que el Señor se retrase en cumplir lo prometido, como algunos piensan; es que tiene paciencia con vosotros y no quiere que nadie se pierda, sino que todos se conviertan.
2 PEDRO 3:3-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Sobre todo tened esto presente: que en los días últimos vendrá gente que vivirá de acuerdo con sus propios malos deseos y que, en son de burla, preguntará: “¿Qué pasó con aquella promesa de que Cristo iba a regresar? Ya murieron nuestros padres, y todo sigue igual desde la creación del mundo.” Esa gente no quiere darse cuenta de que el cielo ya existía desde tiempos antiguos, y de que por mandato de Dios la tierra surgió del agua y por medio del agua. También por el agua del diluvio fue destruido el mundo de entonces. Pero los cielos y la tierra que ahora existen están reservados para el fuego por el mismo mandato de Dios. Ese fuego los quemará en el día del juicio y de la perdición de los malos. Además, queridos hermanos, no olvidéis que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. No es que el Señor se demore en cumplir su promesa, como algunos suponen. Lo que sucede es que tiene paciencia con vosotros, pues no quiere que nadie muera, sino que todos se vuelvan a Dios.
2 PEDRO 3:3-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Ante todo, debéis saber que en los últimos días vendrá gente burlona que, siguiendo sus malos deseos, se mofará: «¿Qué hubo de esa promesa de su venida? Nuestros padres murieron, y nada ha cambiado desde el principio de la creación». Pero intencionadamente olvidan que desde tiempos antiguos, por la palabra de Dios, existía el cielo y también la tierra, que surgió del agua y mediante el agua. Por la palabra y el agua, el mundo de aquel entonces pereció inundado. Y ahora, por esa misma palabra, el cielo y la tierra están guardados para el fuego, reservados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos. Pero no olvidéis, queridos hermanos, que para el Señor un día es como mil años, y mil años, como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.