2 CORINTIOS 2:1-4
2 CORINTIOS 2:1-4 Reina Valera 2020 (RV2020)
Así que decidí no haceros otra visita que os causara tristeza. Porque si yo os causo tristeza, ¿quién será luego el que me alegre, sino aquel a quien yo entristecí? Por eso os escribí como lo hice, para que cuando llegue, no tenga que entristecerme a causa de aquellos que deberían ser mi motivo de alegría. Estaba confiado en que todos vosotros compartiríais mi alegría. Os escribí entre lágrimas, por la gran aflicción y angustia de corazón. Pero no lo hice para entristeceros; solo quería haceros saber el gran amor que os tengo.
2 CORINTIOS 2:1-4 La Palabra (versión española) (BLP)
Decidí, pues, no causaros de nuevo tristeza con mi visita. Porque si yo os entristezco ¿quién podrá alegrarme a mí? ¡Tendría que ser el mismo a quien yo causé tristeza! Por eso precisamente os escribí como lo hice; para que cuando vaya a visitaros, no me causen tristeza los que deben ser fuente de gozo para mí. Tanto más cuanto que estoy convencido, en lo que a vosotros respecta, que mi alegría es también la vuestra. Os escribí, en efecto, bajo el peso de una inmensa congoja, con el corazón lleno de angustia y anegado en lágrimas. Pero no era mi intención entristeceros; solo quería haceros caer en la cuenta de que mi amor por vosotros no tiene límites.
2 CORINTIOS 2:1-4 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Decidí, pues, no haceros otra visita que os causara tristeza. Porque si yo os entristezco, ¿quién me hará sentir alegre, de no ser vosotros, a quienes he entristecido? Por eso os escribí como lo hice, porque no quería ir para que me entristecierais vosotros, que más bien deberíais alegrarme. Estaba seguro de que todos haríais vuestra mi alegría; pero cuando os escribí esa carta me sentía tan preocupado y afligido que hasta lloraba. Sin embargo, no la escribí para causaros tristeza, sino para haceros ver cuán grande es el amor que os profeso.
2 CORINTIOS 2:1-4 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En efecto, decidí no haceros otra visita que os causara tristeza. Porque, si yo os entristezco, ¿quién me brindará alegría sino aquel a quien yo haya entristecido? Os escribí como lo hice para que, al llegar yo, los que debían alegrarme no me causaran tristeza. Estaba confiado de que todos vosotros haríais vuestra mi alegría. Os escribí con gran tristeza y angustia de corazón, y con muchas lágrimas, no para entristeceros, sino para daros a conocer la profundidad del amor que os tengo.