Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

2 CORINTIOS 11:1-15

2 CORINTIOS 11:1-15 Reina Valera 2020 (RV2020)

¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! ¡Sí, tolerádmela! Porque el celo que tengo por vosotros proviene de Dios, pues os he comprometido en matrimonio con un marido, para presentaros como una virgen pura a Cristo. Pero tengo miedo de que, así como la serpiente engañó a Eva con su astucia, vuestros sentidos sean también de alguna manera corrompidos y se aparten de la sencillez que hay en Cristo. Porque si viene alguno que predica otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu diferente al que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis recibido, lo toleráis bien. En cuanto a mí, es cierto que pienso que en nada he sido inferior a esos superapóstoles, pues aunque soy torpe en la palabra, no lo soy en el conocimiento; pero en todo y en todas las cosas os lo hemos manifestado. ¿Acaso pequé humillándome a mí mismo, para que vosotros fuerais enaltecidos, por que os he predicado el evangelio de Dios gratuitamente? He despojado a otras iglesias, al recibir un salario para serviros a vosotros. Y cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, no fui una carga para nadie, pues lo que me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia. Siempre procuré no seros una carga, y así lo seguiré haciendo. Por la verdad de Cristo que está en mí, que este motivo de orgullo no se me impedirá en las regiones de Acaya. ¿Por qué? ¿Porque no os amo? ¡Dios lo sabe! Pero seguiré haciendo lo que hago, para quitar toda ocasión, a los que la buscan, de ser considerados como nosotros, en aquello de lo que se vanaglorian. Porque estos falsos apóstoles son obreros fraudulentos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y esto no es sorprendente, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Así que, no es extraño si sus ministros se disfrazan de ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.

2 CORINTIOS 11:1-15 La Palabra (versión española) (BLP)

¿Me disculparéis si digo algún que otro desatino? Estoy seguro de que sí. Os quiero tanto que me abrasan unos celos que provienen de Dios, pues os he desposado con un solo marido presentándoos a Cristo como si fuerais una virgen pura. Pero tengo miedo; lo mismo que la serpiente sedujo con su astucia a Eva, temo que pervierta vuestros pensamientos apartándoos de una sincera y limpia entrega a Cristo. De hecho, si alguno viene y os anuncia a otro Jesús distinto del que os hemos anunciado, o pretende que recibáis un Espíritu distinto del que recibisteis o un evangelio distinto del que abrazasteis, ¡lo aceptáis tan a gusto! ¡Pues no creo valer menos yo que esos superapóstoles! Admito que carezco de elocuencia, pero no me faltan conocimientos; bien que os lo he demostrado en las más diversas ocasiones y circunstancias. ¿Estará mi culpa en haberos anunciado de balde el evangelio de Dios, rebajándome yo para encumbraros a vosotros? Para dedicarme a vuestro servicio acepté subsidios de otras iglesias, y tuve la sensación de que las explotaba. Pasé apuros estando entre vosotros, pero a nadie fui gravoso; los hermanos que vinieron de Macedonia proveyeron a mis necesidades. Y si en todo momento me preocupé de no seros gravoso, me seguiré preocupando. Por Cristo, en quien creo, os aseguro que nadie en la provincia de Acaya me arrebatará este motivo de orgullo. ¿Habré hecho esto porque no os quiero? ¡Bien sabe Dios cuánto os quiero! Si actúo y seguiré actuando de este modo, es para desenmascarar a esos que presumen de ser como nosotros. En realidad, esos tales son apóstoles falsos, obreros fraudulentos disfrazados de apóstoles de Cristo. Y no hay que sorprenderse, pues si el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz, es natural que, quienes le sirven se disfracen de agentes de salvación. Pero tendrán el final que merecen sus acciones.

2 CORINTIOS 11:1-15 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

¡Ojalá me soportarais un poco de locura! Como quiera que sea, soportadme. Porque el celo que siento por vosotros es un celo que viene de Dios. Yo os he comprometido en casamiento con un solo esposo, Cristo, y quiero presentaros ante él puros como una virgen. Pero temo que, así como la serpiente engañó con su astucia a Eva, también vosotros os dejéis engañar y que vuestros pensamientos se aparten de la devoción pura y sincera a Cristo. Con gusto soportáis a cualquiera que os llega hablando de un Jesús diferente del que os hemos predicado, y aceptáis de buen grado un espíritu diferente del Espíritu que ya habéis recibido y un evangelio diferente del que ya habéis aceptado. Pues bien, yo no me siento inferior en nada a esos superapóstoles a quienes seguís. Aunque sea torpe en mi manera de hablar, no lo soy en cuanto a conocimientos. Esto os lo hemos demostrado siempre y en todas las ocasiones. ¿Será que hice mal en predicaros el evangelio de Dios sin cobraros nada, humillándome yo para enalteceros a vosotros? Les he quitado el dinero a otras iglesias al aceptar que ellas me pagaran para poder serviros. Y cuando, estando entre vosotros, necesité alguna cosa, nunca fui una carga para ninguno, pues los hermanos que llegaron de Macedonia me dieron lo que necesitaba. Procuré no ser una carga para vosotros, y así seguiré haciéndolo. Tan seguro estoy de que conozco la verdad de Cristo, como de que nadie me va a quitar este motivo de orgullo en toda la región de Acaya. ¿Por qué hablo así? ¿Será porque no os quiero? ¡Dios sabe que sí os quiero! Pero voy a seguir haciendo lo que hago, a fin de no dar oportunidad a esos que andan buscando pretexto para tener un orgullo como el nuestro; pues no son más que falsos apóstoles y engañadores que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Lo cual no es nada raro, ya que el propio Satanás se disfraza de ángel de luz; por eso resulta muy natural que sus servidores también se disfracen de defensores de la justicia. ¡Pero terminarán como sus hechos merecen!

2 CORINTIOS 11:1-15 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

¡Ojalá me aguantéis unas cuantas tonterías! ¡Sí, aguantádmelas! El celo que siento por vosotros proviene de Dios, pues os tengo prometidos a un solo esposo, que es Cristo, para presentaros como una virgen pura. Pero me temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros pensamientos sean desviados de un compromiso puro y sincero con Cristo. Si alguien llega a vosotros predicando a un Jesús diferente del que os hemos predicado nosotros, o si recibís un espíritu o un evangelio diferentes de los que ya recibisteis, a ese lo aguantáis con facilidad. Pero considero que en nada soy inferior a esos «superapóstoles». Quizás yo sea un mal orador, pero tengo conocimientos. Esto os lo hemos demostrado de una y mil maneras. ¿Es que cometí un pecado al humillarme yo para enalteceros a vosotros, predicándoos el evangelio de Dios gratuitamente? De hecho, despojé a otras iglesias al recibir de ellas ayuda para serviros a vosotros. Cuando estuve entre vosotros y necesité algo, no fui una carga para nadie, ya que los hermanos que llegaron de Macedonia suplieron mis necesidades. He evitado seros una carga en cualquier sentido, y seguiré evitándolo. Es tan cierto que la verdad de Cristo está en mí como lo es que nadie en las regiones de Acaya podrá privarme de este motivo de orgullo. ¿Por qué? ¿Porque no los amo? ¡Dios sabe que sí! Pero seguiré haciendo lo que hago, a fin de quitar todo pretexto a aquellos que, buscando una oportunidad para hacerse iguales a nosotros, se jactan de lo que hacen. Tales individuos son falsos apóstoles, obreros estafadores, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y no es de extrañar, ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz. Por eso no sorprende que sus servidores se disfracen de servidores de la justicia. Su fin corresponderá con lo que merecen sus acciones.