2 CRÓNICAS 9:6-8
2 CRÓNICAS 9:6-8 Reina Valera 2020 (RV2020)
pero yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto. En realidad, ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha, pues tú superas la fama que yo había oído. Dichosos tus hombres y dichosos estos siervos tuyos que están siempre delante de ti y oyen tu sabiduría. Bendito sea el Señor, tu Dios, el cual se ha complacido en ti, y te ha colocado sobre su trono como rey para el Señor, tu Dios; por cuanto tu Dios amó a Israel, para afirmarlo perpetuamente, por eso te ha puesto como rey sobre ellos, para que hagas juicio y justicia.
2 CRÓNICAS 9:6-8 La Palabra (versión española) (BLP)
Yo no me lo creía, hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos. Pero no me habían contado ni la mitad de tu gran sabiduría, pues superas las noticias que tenía. ¡Felices tus esposas y cortesanos, que están siempre a tu lado disfrutando de tu sabiduría! ¡Bendito sea el Señor, tu Dios, que ha tenido a bien ponerte en su trono como rey del Señor tu Dios y, reafirmando su eterno amor a Israel, te ha convertido en su rey para garantizar la justicia y el derecho!
2 CRÓNICAS 9:6-8 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
pero solo he podido creerlo ahora que he venido y lo he visto con mis propios ojos. En realidad, no me habían contado ni la mitad de tu gran sabiduría, pues tú sobrepasas lo que yo había oído. ¡Qué felices deben de ser tus esposas, y qué contentos han de sentirse esos servidores tuyos, que siempre están a tu lado escuchando tus sabias palabras! ¡Bendito sea el Señor tu Dios, que te miró con agrado y te puso sobre su trono para que fueras su rey! ¡Por el amor que tu Dios tiene a Israel, y para consolidarlo para siempre, te ha hecho rey sobre ellos para que gobiernes con rectitud y justicia!”
2 CRÓNICAS 9:6-8 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
No podía creer nada de eso hasta que vine y lo vi con mis propios ojos. Pero en realidad, ¡no me habían contado ni siquiera la mitad de tu extraordinaria sabiduría! Tú superas todo lo que había oído decir de ti. ¡Dichosos tus súbditos! ¡Dichosos estos siervos tuyos, que constantemente están en tu presencia y oyen tu sabiduría! ¡Y alabado sea el SEÑOR tu Dios, que se ha deleitado en ti y te ha puesto en su trono para que lo representes como rey! En su amor por Israel, tu Dios te ha hecho rey de ellos para que gobiernes con justicia y rectitud, pues él quiere consolidar a su pueblo para siempre».