Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

2 CRÓNICAS 33:9-25

2 CRÓNICAS 33:9-25 La Palabra (versión española) (BLP)

Pero Manasés indujo a Judá y a los habitantes de Jerusalén a portarse peor que las naciones que el Señor había aniquilado ante los israelitas. El Señor habló a Manasés y a su pueblo, pero no le hicieron caso. Entonces el Señor hizo venir contra ellos a los jefes del ejército del rey de Asiria, que apresaron a Manasés con ganchos, lo ataron con cadenas de bronce y lo llevaron a Babilonia. Pero en la adversidad trató de buscar al Señor, su Dios: se humilló profundamente ante el Dios de sus antepasados, le suplicó, y Dios lo atendió, lo escuchó e hizo que regresara a Jerusalén y a su reino. Entonces Manasés reconoció que el Señor era el verdadero Dios. Luego reconstruyó la muralla exterior de la Ciudad de David, al oeste del torrente Guijón hasta la puerta del Pescado, rodeando el Ófel, y la elevó considerablemente. Además, puso jefes militares en todas las ciudades fortificadas de Judá. Retiró del Templo los dioses extranjeros y el ídolo, así como todos los altares que había levantado en el monte del Templo y en Jerusalén, y los arrojó fuera de la ciudad. Restauró el altar del Señor, ofreció sobre él sacrificios de comunión y de acción de gracias, y ordenó a Judá que sirviera al Señor, Dios de Israel. Sin embargo, el pueblo seguía ofreciendo sacrificios en los santuarios locales de los altos, aunque solo al Señor su Dios. El resto de la historia de Manasés, su oración al Señor y los oráculos de los profetas que le hablaron en nombre del Señor, está escrito en la historia de los Reyes de Israel. Su oración y la escucha divina, todos sus pecados e infidelidades, los lugares donde construyó santuarios locales y erigió columnas e ídolos antes de convertirse, están escritos en la historia de Jozay. Cuando Manasés murió fue enterrado en su palacio, y su hijo Amón le sucedió como rey. Amón tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén durante dos años. Amón ofendió al Señor como su padre Manasés, dando culto y ofreciendo sacrificios a todos los ídolos que había hecho su padre. Sin embargo, no se humilló ante el Señor, como había hecho su padre Manasés, sino que multiplicó sus culpas. Sus servidores conspiraron contra él y lo asesinaron en su palacio. Pero el pueblo mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón y en su lugar nombraron rey a su hijo Josías.

2 CRÓNICAS 33:9-25 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Pero Manasés hizo que Judá y los habitantes de Jerusalén siguieran el mal camino, y que actuaran con más perversidad que las naciones que el Señor había aniquilado ante los israelitas. El Señor habló a Manasés y a su pueblo, pero no le hicieron caso. Por eso, el Señor trajo contra ellos a los jefes del ejército del rey de Asiria, quienes apresaron con ganchos a Manasés, lo sujetaron con cadenas de bronce y lo llevaron a Babilonia. Pero cuando se halló en aflicción invocó al Señor su Dios, y se humilló profundamente ante el Dios de sus antepasados. Y cuando oró, Dios le atendió, escuchó sus súplicas e hizo que volviera a Jerusalén a hacerse cargo de su reino. Entonces comprendió Manasés que el Señor es Dios. Después de esto, Manasés construyó en la Ciudad de David, al oeste de Guihón, una muralla exterior que pasaba por el arroyo y llegaba a la puerta de los Pescados, para luego rodear a Ófel. La hizo de mucha altura. También puso mandos militares en todas las ciudades fortificadas de Judá. Además quitó del templo del Señor los dioses extranjeros y el ídolo, así como todos los altares paganos que había construido en el monte del templo y en Jerusalén, y los arrojó fuera de la ciudad. Después reparó el altar del Señor, ofreció en él sacrificios de reconciliación y de acción de gracias, y ordenó a Judá que diera culto al Señor, Dios de Israel. Sin embargo, el pueblo seguía ofreciendo sacrificios en los altares paganos, aunque los dedicaba al Señor su Dios. El resto de la historia de Manasés, su oración a Dios y las declaraciones que los profetas le hicieron en nombre del Señor, Dios de Israel, están en las crónicas de los reyes de Israel. Su oración y la respuesta que recibió, todo lo relativo a su pecado e infidelidad, y a los sitios donde construyó santuarios en lugares altos y donde puso las imágenes de Asera y los ídolos antes de humillarse ante Dios, están escritos en la historia de sus profetas. Cuando murió, lo enterraron en el jardín de su palacio. Después reinó en su lugar su hijo Amón. Amón tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén dos años. Pero sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, como los de su padre Manasés. Ofreció sacrificios y rindió culto a todos los ídolos que su padre Manasés había hecho. Pero no se humilló ante el Señor, como lo hizo su padre Manasés, sino que acumuló más culpas. Sus oficiales conspiraron contra él, y lo asesinaron en su palacio. Pero la gente del pueblo mató a los que habían conspirado contra el rey Amón, y en su lugar hicieron reinar a su hijo Josías.

2 CRÓNICAS 33:9-25 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Manasés descarrió a los habitantes de Judá y de Jerusalén, de modo que se condujeron peor que las naciones que el SEÑOR destruyó al paso de los israelitas. El SEÑOR le habló a Manasés y a su pueblo, pero no le hicieron caso. Por eso el SEÑOR envió contra ellos a los jefes del ejército del rey de Asiria, los cuales capturaron a Manasés y lo llevaron a Babilonia sujeto con garfios y cadenas de bronce. Estando en tal aflicción, imploró al SEÑOR, Dios de sus antepasados, y se humilló profundamente ante él. Oró al SEÑOR, y él escuchó sus súplicas y le permitió regresar a Jerusalén y volver a reinar. Así Manasés reconoció que solo el SEÑOR es Dios. Después de esto, Manasés construyó la muralla exterior en la Ciudad de David, la cual iba desde el oeste de Guijón, en el valle, hasta la puerta del Pescado, y rodeaba Ofel. Además, colocó jefes militares en todas las ciudades fortificadas de Judá y sacó del templo del SEÑOR los dioses extranjeros y el ídolo, arrojando fuera de la ciudad todos los altares que había construido en el monte del templo del SEÑOR y en Jerusalén. Luego reconstruyó el altar del SEÑOR, y en él ofreció sacrificios de comunión y de acción de gracias, y le ordenó a Judá que sirviera al SEÑOR, Dios de Israel. Sin embargo, el pueblo siguió ofreciendo sacrificios en los santuarios paganos, aunque se los ofrecían solo al SEÑOR su Dios. Los demás acontecimientos del reinado de Manasés, incluso su oración a Dios y las palabras de los profetas que le hablaban en nombre del SEÑOR, Dios de Israel, están escritos en las crónicas de los reyes de Israel. Su oración y la respuesta que recibió, como también todos sus pecados y rebeldías, los sitios donde erigió santuarios paganos y colocó las imágenes de la diosa Aserá y de otros ídolos, lo cual hizo antes de su humillación, todo esto está escrito en las crónicas de Jozay. Manasés murió y fue sepultado en su palacio, y su hijo Amón le sucedió en el trono. Amón tenía veintidós años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén dos años. Pero hizo lo que ofende al SEÑOR, como lo había hecho su padre Manasés, y ofreció sacrificios a todos los ídolos que había hecho su padre, y los adoró. Pero, a diferencia de su padre Manasés, no se humilló ante el SEÑOR, sino que multiplicó sus pecados. Los ministros de Amón conspiraron contra él y lo asesinaron en su palacio. A su vez, la gente mató a todos los que habían conspirado contra él, y en su lugar proclamaron rey a su hijo Josías.

YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad