2 CRÓNICAS 24:17-27
2 CRÓNICAS 24:17-27 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Después de que Joyadá murió, los jefes de Judá se presentaron ante el rey para rendirle homenaje, y él escuchó sus consejos. Abandonaron el templo del SEÑOR, Dios de sus antepasados, y adoraron las imágenes de Aserá y de los ídolos. Debido a este pecado, la ira de Dios cayó sobre Judá y Jerusalén. El SEÑOR les envió profetas para que los exhortaran a volver a él, pero no les hicieron caso. El Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joyadá, y este, presentándose ante el pueblo, declaró: «Así dice Dios el SEÑOR: ¿Por qué desobedecéis mis mandamientos? De ese modo no prosperaréis. Como me habéis abandonado, yo también os abandonaré». Pero ellos conspiraron contra Zacarías hijo de Joyadá y, por orden del rey, lo mataron a pedradas en el atrio del templo del SEÑOR. Así fue como el rey Joás no tomó en cuenta la bondad de Joyadá y mató a Zacarías, quien al morir dijo: «¡Que el SEÑOR vea esto y te juzgue!» Al cabo de un año, las tropas sirias marcharon contra Joás, invadieron Judá y Jerusalén y, después de matar a los jefes del pueblo, enviaron todo el botín al rey de Damasco. Aunque el ejército sirio era pequeño, el SEÑOR permitió que derrotara a un ejército muy numeroso, porque los habitantes de Judá habían abandonado al SEÑOR, Dios de sus antepasados. De esta manera, Joás recibió el castigo que merecía. Cuando los sirios se retiraron, dejando a Joás gravemente herido, sus siervos conspiraron contra él y lo mataron en su propia cama, vengando así la muerte del hijo del sacerdote Joyadá. Luego lo sepultaron en la Ciudad de David, pero no en el panteón de los reyes. Los que conspiraron contra Joás fueron Zabad, hijo de Simat el amonita, y Jozabad, hijo de Simrit el moabita. Todo lo relacionado con los hijos de Joás, con las muchas profecías en su contra y con la restauración del templo de Dios, está escrito en el comentario sobre el libro de los reyes. Su hijo Amasías le sucedió en el trono.
2 CRÓNICAS 24:17-27 Reina Valera 2020 (RV2020)
Muerto Joiada, vinieron los príncipes de Judá y le ofrecieron obediencia al rey. El rey oyó sus consejos, y ellos abandonaron la casa del Señor, el Dios de sus padres, y sirvieron a los símbolos de Asera y a las imágenes esculpidas. Entonces, la ira de Dios vino sobre Judá y Jerusalén por este su pecado. Y les envió profetas para que los hicieran volver al Señor, los cuales los amonestaron; pero ellos no los escucharon. Entonces el espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joiada, quien se puso en pie, en un lugar alto, y dijo al pueblo: —Así ha dicho Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos del Señor? No os vendrá bien por ello, porque por haber dejado al Señor, él también os abandonará. Pero ellos conspiraron contra él, y por mandato del rey lo apedrearon hasta matarlo en el patio de la casa del Señor. Así, el rey Joás no se acordó de la misericordia que Joiada, padre de Zacarías, había tenido con él, sino que mató a su hijo, quien dijo al morir: —¡El Señor lo vea y lo demande! Al cabo de un año, subió contra él el ejército de Siria, que invadió a Judá y a Jerusalén, mató de entre el pueblo a todos los principales, y envió todo el botín al rey de Damasco, pues aunque el ejército de Siria había venido con poca gente, el Señor entregó en sus manos un ejército muy numeroso, por cuanto habían abandonado al Señor, el Dios de sus padres. Así sufrió Joás el castigo merecido. Cuando se fueron los sirios, quedó agobiado por sus dolencias, y conspiraron contra él sus siervos, a causa de la sangre de los hijos de Joiada, el sacerdote, y lo hirieron en su cama, donde murió. Lo sepultaron en la Ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes. Los que conspiraron contra él fueron Zabad hijo de Simeat, el amonita, y Jozabad hijo de Simrit, el moabita. En lo tocante a los hijos de Joás, la multiplicación que hizo de las rentas y la restauración de la casa del Señor, está escrito en la historia del libro de los reyes. Y reinó en su lugar su hijo Amasías.
2 CRÓNICAS 24:17-27 La Palabra (versión española) (BLP)
Después de la muerte de Joyadá, los jefes de Judá vinieron a rendir homenaje al rey y el rey les prestó atención. Pero luego se desentendieron del Templo del Señor, Dios de sus antepasados, y dieron culto a los postes sagrados y a los ídolos, pecado que desencadenó la cólera divina contra Judá y Jerusalén. El Señor les envió profetas para hacerlos volver a él, pero no hicieron caso de sus advertencias. Zacarías, hijo del sacerdote Joyadá, investido del espíritu de Dios, se enfrentó al pueblo y dijo: —Esto dice Dios: ¿Por qué habéis transgredido los mandamientos del Señor? Nada ganaréis con ello, pues, por haberlo abandonado, el Señor os abandonará. Pero se confabularon contra él y, por orden del rey, lo apedrearon en el atrio del Templo del Señor. El rey Joás se olvidó de la lealtad que le había profesado Joyadá, padre de Zacarías, y asesinó a su hijo, que al morir dijo: —¡Que el Señor sea testigo y os pida cuentas! Al cabo de un año, el ejército sirio lo atacó, invadió Judá y Jerusalén y exterminó a todos los jefes del pueblo y envió todo el botín al rey de Damasco. Aunque el ejército sirio contaba con pocos efectivos, el Señor hizo caer en su poder a un gran ejército, por haber abandonado al Señor, Dios de sus antepasados. Así hicieron justicia con Joás. Cuando los sirios se retiraron, dejándolo gravemente enfermo, sus súbditos conspiraron contra él en venganza por la muerte del hijo del sacerdote Joyadá, lo hirieron en su lecho y murió. Lo sepultaron en la ciudad de David, fuera del panteón real. Los conspiradores fueron Zabad, hijo de la amonita Simat, y Jozabat, hijo de la moabita Simrit. Lo relativo a sus hijos, a los numerosos tributos recibidos y a la restauración del Templo, está escrito en el comentario al Libro de los Reyes. Su hijo Amasías le sucedió como rey.
2 CRÓNICAS 24:17-27 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Después de la muerte de Joiadá, llegaron los jefes de Judá y rindieron homenaje al rey. Este se dejó aconsejar por ellos, y ellos abandonaron el templo del Señor, Dios de sus antepasados, y dieron culto a las representaciones de Asera y a otros ídolos. Por este pecado, el Señor se enojó contra Judá y Jerusalén. Sin embargo, el Señor les envió profetas para hacer que se volvieran a él. Pero la gente no hizo caso a las amonestaciones de los profetas. Entonces Zacarías, hijo del sacerdote Joiadá, fue poseído por el espíritu de Dios, y puesto en pie en un lugar elevado dijo al pueblo: “Dios dice: ‘¿Por qué no obedecéis mis mandamientos? ¿Por qué os buscáis vosotros mismos vuestra desgracia? ¡Puesto que me habéis abandonado, yo también os abandonaré a vosotros!’ ” Pero ellos se pusieron de acuerdo contra él, y lo apedrearon por orden del rey en el atrio del templo del Señor. El rey Joás olvidó la lealtad que Joiadá, el padre de Zacarías, le había demostrado, y mató a Zacarías, su hijo, quien en el momento de morir exclamó: “¡Que el Señor vea esto y pida cuentas por ello!” En la primavera, el ejército sirio lanzó un ataque contra Joás, y después de avanzar hasta Judá y Jerusalén, exterminaron a todos los jefes de la nación, la saquearon y enviaron todo el botín al rey de Damasco. Solo había llegado un pequeño destacamento del ejército sirio, pero el Señor entregó en sus manos a un ejército muy numeroso, por haber abandonado al Señor, Dios de sus antepasados. Así Joás sufrió el castigo merecido. Cuando los sirios se retiraron, dejándole gravemente enfermo, sus funcionarios tramaron una conspiración contra él para vengar el asesinato del hijo del sacerdote Joiadá, y lo mataron en su propia cama. Después lo enterraron en la Ciudad de David, pero no en el panteón real. Los de la conspiración contra él fueron el amonita Zabad, hijo de Simat, y el moabita Jozabad, hijo de Simrit. Lo que se refiere a los hijos de Joás, a las muchas profecías contra él y a su restauración del templo de Dios, todo está escrito en el comentario del libro de los reyes. Después reinó en su lugar su hijo Amasías.