2 CRÓNICAS 10:1-15
2 CRÓNICAS 10:1-15 Reina Valera 2020 (RV2020)
Roboam fue a Siquem, porque en Siquem se había reunido todo Israel para hacerle rey. Cuando lo supo Jeroboam hijo de Nabat, el cual estaba en Egipto, adonde había huido a causa del rey Salomón, volvió de Egipto, pues habían enviado a llamarle. Vino, pues, Jeroboam con todo Israel, y hablaron a Roboam en estos términos: —Tu padre nos impuso un yugo muy pesado; alivia ahora algo de la dura servidumbre y del pesado yugo con que tu padre nos apremió, y te serviremos. Él les dijo: —Volved a mí de aquí a tres días. Y el pueblo se fue. Entonces, el rey Roboam consultó con los ancianos que habían estado delante de Salomón, su padre, cuando este vivía, y les dijo: —¿Qué me aconsejáis vosotros que responda a este pueblo? Ellos le contestaron: —Si te conduces humanamente con este pueblo, lo tratas bien y le hablas con buenas palabras, ellos te servirán siempre. Pero él abandonó el consejo que le dieron los ancianos, y pidió consejo a los jóvenes que se habían criado con él y estaban a su servicio. Y les preguntó: —¿Qué aconsejáis vosotros que respondamos a este pueblo, que me ha pedido: «Alivia algo del yugo que tu padre puso sobre nosotros»? Entonces, los jóvenes que se habían criado con él, le contestaron: —Al pueblo que ha venido a quejarse diciendo: «Tu padre agravó nuestro yugo, pero tú disminuye nuestra carga», tú le dirás: «Mi dedo más pequeño es más grueso que la cintura de mi padre. Así que, si mi padre os cargó de yugo pesado, yo lo haré aún más pesado; mi padre os castigó con azotes, pero yo os castigaré con escorpiones». Volvió, pues, Jeroboam con todo el pueblo ante Roboam al tercer día, según el rey les había mandado: «Volved a mí de aquí a tres días». Y el rey les respondió ásperamente, pues dejó de lado el rey Roboam el consejo de los ancianos, y les habló conforme al consejo de los jóvenes: —Mi padre hizo pesado vuestro yugo, pero yo lo haré aún más pesado; mi padre os castigó con azotes, pero yo os castigaré con escorpiones. No escuchó el rey al pueblo, porque la causa era de Dios, para que se cumpliera la palabra que el Señor había anunciado por medio de Ahías, el silonita, a Jeroboam hijo de Nabat.
2 CRÓNICAS 10:1-15 La Palabra (versión española) (BLP)
Roboán fue a Siquén, adonde había acudido todo Israel para proclamarlo rey. Cuando se enteró Jeroboán, hijo de Nabat, que se había refugiado en Egipto huyendo del rey Salomón, regresó de Egipto, pues lo habían mandado llamar, y Jeroboán llegó con toda la asamblea de Israel para decir a Roboán: —Tu padre nos impuso un yugo insoportable. Si tú aligeras ahora la dura servidumbre y el yugo insoportable que tu padre nos impuso, nosotros te serviremos. Él les respondió: —Volved a verme dentro de tres días. La gente se marchó y el rey Roboán pidió consejo a los ancianos que habían asistido a su padre Salomón mientras vivió: —¿Qué me aconsejáis responder a esta gente? Ellos le dijeron: —Si te portas bien con esta gente, si los complaces y les respondes con buenas palabras, ellos te servirán de por vida. Pero Roboán desoyó el consejo que le dieron los ancianos y consultó a los jóvenes que se habían criado con él y estaban a su servicio. Él les preguntó: —¿Qué me aconsejáis vosotros responder a esta gente que me ha pedido que les suavice el yugo que les impuso mi padre? Los jóvenes que se habían criado con él le respondieron: —Esa gente te ha dicho: «Tu padre nos impuso un yugo insoportable, aligéranoslo tú». Respóndeles así: «Mi dedo meñique es más gordo que la cintura de mi padre: si mi padre os cargó con un yugo insoportable, yo aumentaré vuestra carga; si mi padre os castigaba con azotes, yo lo haré a latigazos». Al tercer día, Jeroboán y todo el pueblo fueron a ver a Roboán, tal y como el rey les había dicho. Pero el rey les respondió con dureza: desoyó el consejo de los ancianos, y les habló siguiendo el consejo de los jóvenes: —Mi padre os impuso un yugo insoportable, pero yo aumentaré vuestra carga. Mi padre os castigó con azotes, pero yo lo haré a latigazos. Y el rey no quiso escuchar al pueblo; así lo había decidido Dios para cumplir de esta manera la promesa que el Señor había hecho a Jeroboán, hijo de Nabat, por medio de Ajías de Siló.
2 CRÓNICAS 10:1-15 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Roboam fue a Siquem, porque todo Israel había ido allá para proclamarle rey. Pero lo supo Jeroboam, hijo de Nabat, que estaba en Egipto, adonde había huido del rey Salomón, y regresó de Egipto. Cuando le mandaron a llamar, Jeroboam y todo Israel fueron a hablar con Roboam, y le dijeron: –Tu padre fue muy duro con nosotros; ahora alivia tú la dura servidumbre y el pesado yugo que él nos impuso, y te serviremos. Roboam les contestó: –Volved a verme dentro de tres días. La gente se fue, y entonces el rey Roboam consultó a los ancianos que habían servido a Salomón, su padre, cuando este vivía. Les preguntó: –¿Qué me aconsejáis que responda yo a esta gente? Ellos le dijeron: –Si tratas bien a esta gente y procuras darles gusto y les respondes con buenas palabras, ellos te servirán siempre. Pero Roboam no hizo caso del consejo de los ancianos, sino que consultó a los muchachos que se habían criado con él y que estaban a su servicio, preguntándoles: –¿Qué me aconsejáis que responda yo a esta gente que me ha pedido que aligere el yugo que mi padre les impuso? Aquellos jóvenes, que se habían criado con él, le respondieron: –A la gente que te ha pedido que aligeres el yugo que tu padre les impuso, debes responderles lo siguiente: ‘Si mi padre fue duro, yo lo seré mucho más; si él os impuso un yugo pesado, yo lo haré más pesado todavía; y si él os azotaba con correas, yo os azotaré con látigos de puntas de hierro.’ Al tercer día volvió Jeroboam a presentarse con todo el pueblo ante Roboam, como el rey les había dicho. Pero el rey Roboam les contestó duramente, sin hacer caso del consejo de los ancianos, y les repitió lo que le habían aconsejado los muchachos: que si su padre les había impuesto un yugo pesado, él les impondría otro más pesado todavía, y que si su padre los había azotado con correas, él los azotaría con látigos de puntas de hierro. El rey, pues, no hizo caso del pueblo, porque el Señor había dispuesto que sucediera así para que se cumpliera lo que el Señor había prometido a Jeroboam, hijo de Nabat, por medio de Ahías el de Siló.
2 CRÓNICAS 10:1-15 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Roboán fue a Siquén porque todos los israelitas se habían reunido allí para proclamarlo rey. De esto se enteró Jeroboán hijo de Nabat, así que volvió de Egipto, que es adonde había huido del rey Salomón. Cuando lo mandaron a buscar, él y todo Israel fueron a ver a Roboán y le dijeron: ―Tu padre nos impuso un yugo pesado. Alívianos tú ahora el duro trabajo y el pesado yugo que él nos echó encima; así te serviremos. ―Idos por ahora —respondió Roboán—, pero volved a verme dentro de tres días. Cuando el pueblo se fue, el rey Roboán consultó con los ancianos que en vida de su padre Salomón habían estado a su servicio. ―¿Qué me aconsejáis vosotros que le responda a este pueblo? —preguntó. Ellos respondieron: ―Si tratas con bondad a este pueblo, y condesciendes con ellos y les respondes con amabilidad, ellos te servirán para siempre. Pero Roboán rechazó el consejo que le dieron los ancianos, y consultó a los jóvenes que se habían criado con él y que estaban a su servicio. ―¿Qué me aconsejáis vosotros? —les preguntó—. ¿Cómo debo responderle a este pueblo que me dice: “Alívianos el yugo que tu padre nos echó encima”? Aquellos jóvenes, que se habían criado con él, le contestaron: ―El pueblo te ha dicho: “Tu padre nos impuso un yugo pesado; hazlo tú más ligero”. Pues bien, respóndeles de este modo: “Mi dedo meñique es más grueso que la cintura de mi padre. Si él os impuso un yugo pesado, ¡yo os aumentaré la carga! Y, si él os castigaba con una vara, ¡yo lo haré con un látigo!” Al tercer día, en la fecha que el rey Roboán había indicado, Jeroboán regresó con todo el pueblo para presentarse ante él. Pero el rey Roboán les respondió con brusquedad: rechazó el consejo de los ancianos y siguió más bien el de los jóvenes. Les dijo: «Si mi padre os impuso un yugo pesado; ¡yo os aumentaré la carga! Si él os castigaba con una vara, ¡yo lo haré con un látigo!» Y, como el rey no escuchó al pueblo, las cosas tomaron este rumbo por voluntad de Dios. Así se cumplió la palabra que el SEÑOR le había comunicado a Jeroboán hijo de Nabat por medio de Ahías el silonita.