1 TIMOTEO 2:8-15
1 TIMOTEO 2:8-15 Reina Valera 2020 (RV2020)
Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, y levanten manos limpias, sin ira ni contienda. También quiero que las mujeres se vistan decentemente, y se arreglen con recato y modestia: no con peinados ostentosos, ni con oro ni perlas ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a las mujeres que practican la piedad. Que la mujer aprenda en silencio con plena sumisión. Porque no permito a la mujer enseñar, ni tener autoridad sobre el hombre, sino que debe permanecer callada; pues Adán fue formado primero, después Eva. Además, Adán no fue engañado, sino que la mujer fue engañada e incurrió en transgresión. Pero se salvará al engendrar hijos, si permanece con modestia en la fe, el amor y la santidad.
1 TIMOTEO 2:8-15 La Palabra (versión española) (BLP)
Es, pues, mi deseo que en cualquier circunstancia los varones eleven una oración pura, libre de odios y altercados. De manera semejante, que las mujeres se contenten con un vestido decoroso, que se adornen con recato y modestia, no con peinados artificiosos, ni con oro, joyas o vestidos costosos. Lo que ha de distinguir a las mujeres que se precian de piadosas son las buenas obras. La mujer debe aprender en silencio y con todo respeto. No apruebo que la mujer se dedique a enseñar ni que imponga su autoridad sobre el marido; debe, más bien, mantenerse en silencio. Porque el primero en ser formado fue Adán; a continuación lo fue Eva. Y no fue Adán el que cedió al engaño; fue la mujer la que, dejándose engañar, cayó en pecado. A pesar de todo, podrá alcanzar la salvación por su condición de madre, siempre que se porte con recato llevando una vida de fe y de amor en busca de la santidad.
1 TIMOTEO 2:8-15 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Así pues, quiero que los hombres oren en todas partes, y que eleven sus manos a Dios con pureza de corazón y sin enojos ni discusiones. Y quiero que las mujeres se vistan decentemente, con modestia y sencillez; que se adornen, pero no con peinados exagerados ni con oro, perlas o vestidos lujosos, sino con buenas obras, como deben hacerlo las mujeres que se han consagrado a Dios. La mujer debe escuchar la instrucción en silencio, con toda sumisión; y no permito que la mujer enseñe en público ni que domine al hombre. Quiero que permanezca callada, porque Dios hizo primero a Adán y después a Eva. Y Adán no fue el engañado, sino la mujer; y al ser engañada, cayó en pecado. Pero la mujer se salvará si cumple sus deberes de madre, y si con buen juicio se mantiene en la fe, el amor y la santidad.
1 TIMOTEO 2:8-15 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Quiero, pues, que en todas partes los hombres oren, levantando las manos al cielo con pureza de corazón, sin enojos ni contiendas. En cuanto a las mujeres, quiero que ellas se vistan decorosamente, con modestia y recato, sin peinados ostentosos, ni oro, ni perlas ni vestidos costosos. Que se adornen más bien con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan servir a Dios. La mujer debe aprender con serenidad, con toda sumisión. No permito que la mujer enseñe al hombre y ejerza autoridad sobre él; debe mantenerse ecuánime. Porque primero fue formado Adán, y Eva después. Además, no fue Adán el engañado, sino la mujer; y ella, una vez engañada, incurrió en pecado. Pero la mujer se salvará siendo madre y permaneciendo con sensatez en la fe, el amor y la santidad.