1 TESALONICENSES 5:11-24
1 TESALONICENSES 5:11-24 Reina Valera 2020 (RV2020)
Por lo cual, animaos unos a otros y edificaos unos a otros, tal como ya lo estáis haciendo. Os rogamos, hermanos, que tengáis en consideración a quienes trabajan arduamente entre vosotros y os guían y enseñan en el Señor. Tenedlos en mucha estima y amor por el trabajo que hacen, y que la paz reine entre vosotros. También os rogamos, hermanos, que llaméis la atención a los que andan desordenadamente, que estimuléis a los desanimados, que sostengáis a los débiles, y que seáis pacientes con todos. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; más bien, procurad siempre el bien entre vosotros y con los demás. Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo y retened lo bueno. Apartaos de toda clase de mal. Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserve irreprochable hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os llama es fiel, y cumplirá su palabra.
1 TESALONICENSES 5:11-24 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Por eso, animaos y edificaos unos a otros, tal como lo venís haciendo. Hermanos, os pedimos que seáis considerados con los que trabajan arduamente entre vosotros, y os guían y amonestan en el Señor. Tenedlos en alta estima, y amadlos por el trabajo que hacen. Vivid en paz unos con otros. Hermanos, también os rogamos que amonestéis a los holgazanes, estimuléis a los desanimados, ayudéis a los débiles y seáis pacientes con todos. Aseguraos de que nadie pague mal por mal; más bien, esforzaos siempre por hacer el bien, no solo entre vosotros, sino a todos. Estad siempre alegres, orad sin cesar, dad gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para vosotros en Cristo Jesús. No apaguéis al Espíritu, no despreciéis las profecías, sometedlo todo a prueba, aferraos a lo bueno, evitad toda clase de mal. Que Dios mismo, el Dios de paz, os santifique por completo, y conserve todo vuestro ser —espíritu, alma y cuerpo— irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os llama es fiel, y así lo hará.
1 TESALONICENSES 5:11-24 La Palabra (versión española) (BLP)
Por tanto, alentaos mutuamente y ayudaos unos a otros como ya lo hacéis. Os pedimos, hermanos, que tengáis en consideración a quienes desempeñan entre vosotros la misión de presidiros y aconsejaros en el nombre del Señor. Estimadlos y amadlos de manera especial como merece su tarea, y que la paz reine entre vosotros. Os recomendamos también, hermanos, que corrijáis a los indisciplinados, animéis a los tímidos y sostengáis a los débiles, teniendo paciencia con todos. Mirad que nadie devuelva mal por mal; al contrario, buscad siempre haceros el bien los unos a los otros y a todos. Estad siempre alegres. No ceséis de orar. Manteneos en constante acción de gracias, porque esto es lo que Dios quiere de vosotros como cristianos. No apaguéis la fuerza del Espíritu, ni despreciéis los dones proféticos. Examinadlo todo y quedaos con lo bueno. Evitad toda clase de mal. Que el Dios de la paz os conceda vivir totalmente consagrados a él, de modo que todo vuestro ser —espíritu, alma y cuerpo— permanezca sin tacha para el día en que se manifieste nuestro Señor Jesucristo. Aquel que os ha llamado es fiel y cumplirá su palabra.
1 TESALONICENSES 5:11-24 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Por eso, animaos y fortaleceos unos a otros, como ya lo estáis haciendo. Hermanos, os rogamos que respetéis a quienes trabajan entre vosotros y os dirigen y aconsejan en el Señor; debéis estimarlos y amarlos mucho por el trabajo que llevan a cabo. Vivid en paz unos con otros. También os encargamos, hermanos, que reprendáis a los que no quieren trabajar, que animéis a los desanimados, que ayudéis a los débiles y que tengáis paciencia con todos. Mirad que nadie pague mal por mal. Al contrario, procurad hacer siempre el bien, lo mismo entre vosotros que a todos los demás. Estad siempre contentos. Orad en todo momento. Dad gracias a Dios por todo, porque esto es lo que él quiere de vosotros como creyentes en Cristo Jesús. No apaguéis el fuego del Espíritu. No despreciéis el don de profecía. Sometedlo todo a prueba y retened lo bueno. Apartaos de toda clase de mal. Que Dios mismo, el Dios de paz, os haga perfectamente santos y os conserve todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sin defecto alguno, para el regreso de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel, y lo cumplirá.