1 SAMUEL 24:10-18
1 SAMUEL 24:10-18 La Palabra (versión española) (BLP)
Luego dijo a Saúl: —¿Por qué haces caso a los que dicen que David busca tu ruina? Ahora mismo puedes comprobar que el Señor te ha puesto hoy en mis manos dentro de la cueva: me animaron a matarte, pero te he respetado y he dicho que no atentaría contra mi rey, porque es el ungido del Señor. Fíjate bien, padre mío, en lo que tengo en la mano: el borde de tu manto. Y si he cortado el borde de tu manto y no te he matado, has de reconocer que mis manos están limpias de maldad y de traición y que no te he ofendido. Tú, en cambio, me acosas para matarme. Que el Señor sea nuestro juez y que salga en mi defensa ante ti; pero yo no levantaré mi mano contra ti. Como dice un antiguo refrán: «De los malos sale la maldad»; pero yo no levantaré mi mano contra ti. ¿Contra quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién estás persiguiendo? ¡A un perro muerto! ¡A una pulga! Que el Señor dicte sentencia entre los dos: que examine, defienda mi causa y me libre de tu mano. Cuando David terminó de decir estas palabras, Saúl exclamó: —¿Es esa tu voz, David, hijo mío? E inmediatamente se echó a llorar. Luego dijo a David: —Tú eres más inocente que yo, pues tú me has pagado muy bien y yo muy mal.
1 SAMUEL 24:10-18 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Su Majestad ha podido comprobar que, aunque el Señor puso hoy a Su Majestad en mis manos allá en la cueva, yo no quise matar a Su Majestad, sino que le perdoné la vida, pues me dije que si Su Majestad es rey, es porque el Señor le ha escogido. “Mire bien Su Majestad lo que tengo en la mano: es un pedazo de la capa de Su Majestad, a quien bien podría haber matado. Con eso puede darse cuenta Su Majestad de que yo no he pensado en hacerle daño ni traicionarle, ni tampoco le he faltado. Sin embargo, Su Majestad me persigue para quitarme la vida. ¡Que el Señor juzgue entre nosotros dos y me vengue de Su Majestad! Por lo que a mí toca, jamás levantaré mi mano contra Su Majestad. Un antiguo refrán dice: ‘La maldad viene de los malvados’; por eso, jamás levantaré yo mi mano contra Su Majestad. Además, ¿tras de quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién está persiguiendo? ¡A mí, que soy como un perro muerto, como una pulga! Por lo tanto, que el Señor decida y juzgue entre nosotros dos. ¡Que sea él quien examine mi causa y me defienda de Su Majestad!” Cuando David terminó de hablar, Saúl exclamó: –¡Pero si eres tú, David, hijo mío, quien me habla! Y echándose a llorar, le dijo: –La razón está de tu lado, pues me has devuelto bien a cambio del mal que te he causado. Hoy me has demostrado que buscas mi bien, pues habiéndome puesto el Señor en tus manos, no me mataste.
1 SAMUEL 24:10-18 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Tú podrás ver con tus propios ojos que hoy mismo, en esta cueva, el SEÑOR te había entregado en mis manos. Mis hombres me incitaban a que te matara, pero yo respeté tu vida y dije: “No puedo alzar la mano contra el rey, porque es el ungido del SEÑOR”. Padre mío, mira el borde de tu manto que tengo en la mano. Yo corté este pedazo, pero a ti no te maté. Reconoce que yo no intento hacerte mal ni traicionarte. Tú, sin embargo, me persigues para quitarme la vida, aunque yo no te he hecho ningún agravio. ¡Que el SEÑOR juzgue entre nosotros dos! ¡Y que el SEÑOR me vengue de ti! Pero mi mano no se alzará contra ti. Como dice el antiguo refrán: “De los malos, la maldad”; por eso mi mano jamás se alzará contra ti. »¿Contra quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigue? ¡A un perro muerto! ¡A una pulga! ¡Que sea el SEÑOR quien juzgue y dicte la sentencia entre nosotros dos! ¡Que examine mi causa, y me defienda y me libre de ti!» Cuando David terminó de hablar, Saúl le preguntó: ―David, hijo mío, ¡pero si eres tú quien me habla! Y alzando la voz, se echó a llorar. ―Has actuado mejor que yo —continuó Saúl—. Me has devuelto bien por mal. Hoy me has hecho reconocer lo bien que me has tratado, pues el SEÑOR me entregó en tus manos, y no me mataste.