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1 SAMUEL 19:1-17

1 SAMUEL 19:1-17 Reina Valera 2020 (RV2020)

Habló Saúl a Jonatán, su hijo, y a todos sus siervos, para que mataran a David; pero Jonatán, hijo de Saúl, amaba mucho a David, y le avisó: —Mi padre Saúl procura matarte; por tanto, cuídate hasta la mañana, escóndete en algún lugar oculto. Yo saldré y estaré junto a mi padre en el campo donde tú estés; hablaré de ti a mi padre y te haré saber lo que pasa. Jonatán habló bien de David a su padre Saúl, y le dijo: —No peque el rey contra su siervo David, porque ningún pecado ha cometido contra ti y, al contrario, sus obras han sido muy beneficiosas para ti, pues él puso su vida en peligro para matar al filisteo, y el Señor le dio una gran victoria a todo Israel. Tú lo viste y te alegraste. ¿Por qué, pues, vas a pecar contra sangre inocente, y vas a matar a David sin causa? Escuchó Saúl las palabras de Jonatán y juró: —¡Vive el Señor!, no morirá. Llamó entonces Jonatán a David y le contó todas estas palabras; él mismo llevó a David ante Saúl, y se quedó a su servicio como antes. Después hubo de nuevo guerra; salió David y peleó contra los filisteos, les causó un gran estrago y huyeron ante él. Pero el espíritu malo de parte del Señor se apoderó de Saúl; y una vez que estaba sentado en su casa con una lanza en la mano, mientras David tocaba, Saúl procuró clavar a David con su lanza en la pared, pero él se apartó de delante de Saúl, y la lanza se clavó en la pared. David huyó y se puso a salvo aquella noche. Saúl envió luego mensajeros a casa de David para que lo vigilaran y lo mataran por la mañana. Pero Mical, su mujer, le avisó a David: —Si no salvas tu vida esta noche, mañana serás hombre muerto. Descolgó Mical a David por una ventana. Él se fue y huyó para ponerse a salvo. Tomó luego Mical una estatua y la puso sobre la cama, le acomodó por cabecera una almohada de pelo de cabra y la cubrió con la ropa. Cuando Saúl envió mensajeros para capturar a David, ella dijo: —Está enfermo. Volvió Saúl a enviar mensajeros en busca de David, y les dijo: —Traédmelo en la cama para que lo mate. Cuando los mensajeros entraron, encontraron la estatua en la cama, y una almohada de pelo de cabra a su cabecera. Entonces Saúl dijo a Mical: —¿Por qué me has engañado así y has dejado escapar a mi enemigo? Mical respondió a Saúl: —Porque él me dijo: «Déjame ir; si no, yo te mataré».

1 SAMUEL 19:1-17 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Saúl ordenó a su hijo Jonatán y a todos sus oficiales que mataran a David. Pero Jonatán, que quería mucho a David, le puso sobre aviso. Le dijo: –Saúl, mi padre, está tratando de matarte. Así que mañana temprano ten cuidado y quédate escondido en algún lugar secreto. Yo saldré, en compañía de mi padre, al campo donde tú vas a estar. Hablaré con él acerca de ti, a ver qué pasa, y luego te lo haré saber. Y Jonatán habló con Saúl en favor de David. Le dijo: –Su Majestad no debería cometer ningún mal contra su siervo David, porque él no ha hecho ningún mal a Su Majestad, y sí mucho bien; pues jugándose la vida mató al filisteo, y así el Señor libró por completo a todo Israel. Su Majestad lo vio y se alegró de ello. ¿Por qué habrá de atentar Su Majestad contra la vida de un inocente, tratando de matar a David sin motivo? Al escuchar Saúl las razones de Jonatán, exclamó: –Juro por el Señor que David no morirá. Entonces Jonatán llamó a David y le informó de toda la conversación. Después lo llevó ante Saúl, y David siguió al servicio de Saúl igual que antes. Volvió a estallar la guerra, y David salió a luchar contra los filisteos, y los venció. Les ocasionó una gran derrota y los hizo huir. En cuanto a Saúl, otra vez le atacó el espíritu maligno de parte del Señor; y estando sentado en su habitación, con su lanza en la mano, mientras David tocaba, intentó clavar con ella a David en la pared. Pero David pudo esquivar el golpe, y la lanza de Saúl se clavó en la pared. Aquella misma noche David se escapó y huyó. Inmediatamente Saúl dio órdenes a sus hombres de que fueran a casa de David, para que lo vigilaran y lo mataran a la mañana siguiente. Pero Mical, la mujer de David, le puso sobre aviso, diciéndole: –Si no te pones a salvo esta noche, mañana serás hombre muerto. En seguida Mical descolgó a David por una ventana, y David pudo escapar. Luego Mical tomó un ídolo y lo metió en la cama, le puso en la cabecera un tejido de pelo de cabra y lo tapó con una sábana. Y cuando Saúl ordenó a sus hombres que apresaran a David, Mical les dijo que estaba enfermo. Pero Saúl volvió a mandar a sus hombres en busca de David, y les dio esta orden: –¡Aunque esté en la cama, sacadle de allí y traédmelo para que lo mate! Los hombres de Saúl entraron en casa de David, pero en la cama encontraron solamente el ídolo con el tejido de pelo de cabra en la cabecera. Entonces Saúl dijo a Mical: –¿Por qué me has engañado de este modo, dejando que escape mi enemigo? Mical le respondió: –Porque él juró que me mataría si no le dejaba escapar.

1 SAMUEL 19:1-17 La Palabra (versión española) (BLP)

Saúl comentó ante su hijo Jonatán y ante todos sus servidores su plan para matar a David. Pero Jonatán, el hijo de Saúl, estimaba mucho a David y le advirtió: —Mi padre Saúl, intenta matarte. Así que, mañana por la mañana ten cuidado, ponte a salvo y escóndete. Yo saldré acompañando a mi padre al paraje donde tú estarás. Le hablaré de ti a mi padre a ver qué pasa y luego te informaré. Y Jonatán habló a su padre, Saúl, en favor de David: —Que el rey no ofenda a su siervo David, pues él no te ha ofendido y te ha proporcionado grandes beneficios. Tú mismo lo viste y te alegraste, cuando se jugó la vida, matando al filisteo, con lo que el Señor concedió a Israel una gran victoria. ¿Por qué habrías de mancharte con sangre inocente, matando a David sin motivo? Saúl atendió a las razones de Jonatán e hizo un juramento: —¡Juro por el Señor que no morirá! Entonces Jonatán llamó a David y le contó todo esto. Luego lo llevó ante Saúl y David quedó a su servicio como antes. Cuando se reanudó la guerra, David salió a combatir contra los filisteos, les infligió una gran derrota y los puso en fuga. Pero el mal espíritu, enviado por el Señor, atacó a Saúl, cuando estaba sentado en su palacio con la lanza en la mano, mientras David tocaba el arpa. Entonces intentó clavar a David en la pared con su lanza, pero David esquivó a Saúl y la lanza se clavó en la pared. Y aquella noche David escapó y se puso a salvo. Saúl envió emisarios a la casa de David para vigilarlo y matarlo a la mañana siguiente. Pero su mujer, Mical, le advirtió: —Si no te pones a salvo esta noche, mañana serás hombre muerto. Mical descolgó por la ventana a David, quien salió huyendo y se puso a salvo. Luego Mical cogió los ídolos familiares, los metió en la cama, puso una piel de cabra sobre la almohada y los tapó con ropa. Y cuando Saúl envió a los emisarios en busca de David, Mical les dijo que estaba enfermo. Pero Saúl volvió a enviar a los emisarios en busca de David con esta orden: —Traédmelo en la cama para matarlo. Cuando llegaron los emisarios, encontraron los ídolos en la cama y la piel de cabra en la almohada. Entonces Saúl dijo a Mical: —¿Por qué me has engañado así, dejando escapar a mi enemigo para que se ponga a salvo? Y Mical le contestó: —Porque me ha amenazado con matarme si no lo dejaba escapar.

1 SAMUEL 19:1-17 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Saúl les comunicó a su hijo Jonatán y a todos sus funcionarios su decisión de matar a David. Pero, como Jonatán le tenía tanto afecto a David, le advirtió: «Mi padre Saúl está buscando una oportunidad para matarte. Así que ten mucho cuidado mañana; escóndete en algún sitio seguro, y quédate allí. Yo saldré con mi padre al campo donde tú estés, y le hablaré de ti. Cuando averigüe lo que pasa, te lo haré saber». Jonatán le habló a su padre Saúl en favor de David: ―¡No vaya el rey a pecar contra su siervo David! —le rogó—. Él no te ha hecho ningún mal; al contrario, lo que ha hecho ha sido de gran beneficio para ti. Para matar al filisteo arriesgó su propia vida, y el SEÑOR le dio una gran victoria a todo Israel. Tú mismo lo viste y te alegraste. ¿Por qué has de pecar contra un inocente y matar a David sin motivo? Saúl le hizo caso a Jonatán, y exclamó: ―Tan cierto como que el SEÑOR vive, te juro que David no morirá. Entonces Jonatán llamó a David y, después de contarle toda la conversación, lo llevó ante Saúl para que estuviera a su servicio como antes. Volvió a estallar la guerra. David salió a pelear contra los filisteos, y los combatió con tal violencia que tuvieron que huir. Sin embargo, un espíritu maligno de parte del SEÑOR se apoderó de Saúl. Estaba sentado en el palacio, con una lanza en la mano. Mientras David tocaba el arpa, intentó clavarlo en la pared con la lanza, pero David esquivó el golpe de Saúl, de modo que la lanza quedó clavada en la pared. Esa misma noche David se dio a la fuga. Entonces Saúl mandó a varios hombres a casa de David, para que lo vigilaran durante la noche y lo mataran al día siguiente. Pero Mical, la esposa de David, le advirtió: «Si no te pones a salvo esta noche, mañana serás hombre muerto». En seguida ella descolgó a David por la ventana, y así él pudo escapar. Luego Mical tomó un ídolo y lo puso en la cama con un tejido de pelo de cabra en la cabeza, y lo cubrió con una sábana. Cuando Saúl mandó a los hombres para apresar a David, Mical les dijo: «Está enfermo». Pero Saúl los mandó de nuevo a buscar a David: «Aunque esté en cama, ¡traédmelo aquí para matarlo!» Al entrar en la casa, los hombres vieron que lo que estaba en la cama era un ídolo, con un tejido de pelo de cabra en la cabeza. Entonces Saúl le preguntó a Mical: ―¿Por qué me has engañado así? ¿Por qué dejaste escapar a mi enemigo? Ella respondió: ―Él me amenazó con matarme si no lo dejaba escapar.