1 SAMUEL 17:34-36
1 SAMUEL 17:34-36 Reina Valera 2020 (RV2020)
David respondió a Saúl: —Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre. Cuando venía un león o un oso, y se llevaba algún cordero del rebaño, salía yo tras él, lo hería y se lo arrancaba de la boca; y si me atacaba, le echaba mano a la quijada, lo hería y lo mataba. Ya fuera león, o fuera oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.
1 SAMUEL 17:34-36 Reina Valera 2020 (RV2020)
David respondió a Saúl: —Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre. Cuando venía un león o un oso, y se llevaba algún cordero del rebaño, salía yo tras él, lo hería y se lo arrancaba de la boca; y si me atacaba, le echaba mano a la quijada, lo hería y lo mataba. Ya fuera león, o fuera oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.
1 SAMUEL 17:34-36 La Palabra (versión española) (BLP)
Pero David le replicó: —Este siervo tuyo ha sido pastor del rebaño de mi padre y cuando llegaba un león o un oso a llevarse alguna oveja del rebaño, yo lo perseguía, lo golpeaba y se la quitaba de la boca. Y si me atacaba, lo agarraba de la cabeza y lo golpeaba hasta matarlo. Este siervo tuyo ha matado leones y osos, y ese filisteo incircunciso correrá la misma suerte por haber desafiado a las huestes del Dios vivo.
1 SAMUEL 17:34-36 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
David contestó: –Cuando yo, el servidor de Su Majestad, cuidaba las ovejas de mi padre, si un león o un oso venía y se llevaba una oveja del rebaño, iba detrás de él y se la quitaba del hocico; y si se volvía para atacarme, lo agarraba por la quijada y lo golpeaba hasta matarlo. Ya fuera un león o un oso, este servidor de Su Majestad lo mataba. Y a ese filisteo pagano le va a pasar lo mismo, porque ha desafiado al ejército del Dios viviente.
1 SAMUEL 17:34-36 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
David le respondió: ―A mí me toca cuidar el rebaño de mi padre. Cuando un león o un oso viene y se lleva una oveja del rebaño, yo lo persigo y lo golpeo hasta que suelta la presa. Y, si el animal me ataca, lo agarro por la melena y lo sigo golpeando hasta matarlo. Si este tu siervo ha matado leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo pagano, porque está desafiando al ejército del Dios viviente.