1 SAMUEL 13:15-23
1 SAMUEL 13:15-23 Reina Valera 2020 (RV2020)
Samuel se levantó y subió de Gilgal a Gabaa de Benjamín. Saúl contó la gente que se hallaba con él, y eran como seiscientos hombres. Saúl, su hijo Jonatán, y el pueblo que con ellos se hallaba, se quedaron en Gabaa de Benjamín, mientras los filisteos acampaban en Micmas. Entonces salió una avanzada del campamento de los filisteos en tres escuadrones; un escuadrón marchaba por el camino de Ofra hacia la tierra de Sual, otro escuadrón marchaba hacia Bet-horón, y el tercer escuadrón marchaba hacia la región que mira al valle de Zeboim, hacia el desierto. En toda la tierra de Israel no se hallaba herrero, porque los filisteos habían dicho: «Para que los hebreos no hagan espada o lanza». Por lo cual todos los de Israel tenían que acudir a los filisteos para afilar cada uno la reja de su arado, su azadón, su hacha o su hoz. El precio era unos ocho gramos de plata por las rejas de arado y por los azadones, y tres gramos más por afilar las hachas y por arreglar las aguijadas. Así aconteció que en el día de la batalla ninguno de los del pueblo que estaban con Saúl y Jonatán tenía en sus manos una espada o una lanza, excepto Saúl y Jonatán, su hijo, que sí las tenían. Mientras tanto, un destacamento de los filisteos avanzó hasta el paso de Micmas.
1 SAMUEL 13:15-23 La Palabra (versión española) (BLP)
Y Samuel se puso en camino para subir desde Guilgal hasta Guibeá de Benjamín. Saúl pasó revista a la gente que le quedaba: eran unos seiscientos. Saúl, su hijo Jonatán y la gente que los acompañaba se establecieron en Guibeá de Benjamín, mientras que los filisteos acamparon en Micmás. Del campamento filisteo salió un destacamento de castigo dividido en tres patrullas: una se dirigió hacia Ofrá, hacia la región de Sual; otra se dirigió hacia Bet Jorón y la tercera se dirigió hacia la frontera que domina el valle de Seboín, hacia el desierto. En todo el territorio de Israel no había un solo herrero, pues los filisteos no querían que los hebreos forjasen espadas o lanzas. Y todos los israelitas tenían que acudir a los filisteos para aguzar cada uno su reja, su azada, su hacha y su hoz. Afilar rejas o azadas costaba dos tercios de siclo y un tercio afilar hachas o arreglar aguijadas. Por eso, el día del combate ninguno de los que acompañaban a Saúl y a Jonatán tenían espadas y lanzas. Solo las tenían Saúl y su hijo Jonatán. Un destacamento filisteo salió hacia el paso de Micmás.
1 SAMUEL 13:15-23 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
En seguida Samuel se fue de Guilgal para continuar su camino. El resto del ejército siguió a Saúl para entablar combate, y de Guilgal llegaron a Guibeá de Benjamín. Allí contó Saúl las tropas que le acompañaban, que eran unos seiscientos hombres. Saúl, su hijo Jonatán y las tropas que iban con ellos se quedaron en Guibeá de Benjamín. Los filisteos, por su parte, acamparon en Micmás; pero tres grupos de guerrilleros filisteos salieron de su campamento: uno se dirigió hacia Ofrá, en la región de Sual; otro fue hacia Bet-horón, y el tercero hacia la colina que se eleva sobre el valle de Seboím, hacia el desierto. En todo el territorio de Israel no había un solo herrero, porque los filisteos pensaban que de esa manera los hebreos no podrían fabricar espadas ni lanzas. Todos los israelitas tenían que recurrir a los filisteos para afilar cada cual su reja de arado, su azadón, su hacha o su pico. Se cobraban dos tercios de siclo por afilar rejas y azadones, y un tercio de siclo por afilar las hachas y arreglar las aguijadas. Por esa razón, ninguno de los que acompañaban a Saúl y Jonatán tenía espada o lanza el día de la batalla. Solamente ellos dos las tenían. Entre tanto, un destacamento filisteo avanzó hacia el paso de Micmás.
1 SAMUEL 13:15-23 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Dicho esto, Samuel se fue de Guilgal hacia Guibeá de Benjamín. Saúl pasó revista a los soldados que estaban con él, y eran unos seiscientos hombres. Él y su hijo Jonatán, junto con sus soldados, se quedaron en Gueba de Benjamín, mientras que los filisteos seguían acampados en Micmás. Del campamento filisteo salió una tropa de asalto dividida en tres grupos: uno de ellos avanzó por el camino de Ofra, hacia el territorio de Súal; otro, por Bet Jorón; y el tercero, por la frontera del valle de Zeboyín, en dirección al desierto. En todo el territorio de Israel no había un solo herrero, pues los filisteos no permitían que los hebreos se forjaran espadas y lanzas. Por tanto, todo Israel dependía de los filisteos para que les afilaran los arados, los azadones, las hachas y las hoces. Por un arado o un azadón cobraban ocho gramos de plata, y cuatro gramos por una horqueta o un hacha, o por arreglar las aguijadas. Así que ninguno de los soldados israelitas tenía espada o lanza, excepto Saúl y Jonatán. Un destacamento de filisteos avanzó hasta el paso de Micmás.