1 SAMUEL 12:1-5
1 SAMUEL 12:1-5 La Palabra (versión española) (BLP)
Samuel dijo a todo Israel: —Ya veis que he escuchado todas las peticiones que me habéis hecho y que os he nombrado un rey. Pues bien, ahí tenéis al rey que ha de guiaros. Por lo que a mí respecta, ya estoy viejo y canoso, y mis hijos están entre vosotros. Os he dirigido desde mi juventud hasta el día de hoy. Y aquí me tenéis si queréis acusarme de algo ante el Señor y ante su ungido. ¿Le he quitado a alguien un buey o un asno? ¿He explotado o maltratado a alguno? ¿He aceptado algún soborno para hacer la vista gorda? Si es así, os lo devolveré. Respondieron: —No nos has explotado ni maltratado, ni has aceptado sobornos de nadie. Samuel replicó: —El Señor es hoy testigo contra vosotros, al igual que su ungido, de que no habéis encontrado en mí culpa alguna. Respondieron: —Sí, es testigo.
1 SAMUEL 12:1-5 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Luego Samuel dijo ante todos los israelitas: –Habéis visto que yo os he atendido en todo lo que me habéis pedido, y que os he puesto un rey. Aquí tenéis al rey que habrá de dirigiros. Por mi parte, yo ya soy viejo y estoy lleno de canas, y mis hijos están entre vosotros. Yo soy quien os ha dirigido desde mi juventud hasta el presente, y aquí me tenéis: si me he apropiado del buey o del asno de alguien, o si he oprimido o maltratado a alguno, o si me he dejado sobornar, podéis acusarme ante el Señor y ante el rey que él ha escogido, y yo pagaré lo que deba. –Nunca nos has oprimido ni maltratado, ni te has dejado sobornar –dijeron ellos. –El Señor y el rey que él ha escogido son testigos de que no me habéis encontrado culpable de nada –recalcó Samuel. –Así es –afirmaron.
1 SAMUEL 12:1-5 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Samuel le habló a todo Israel: ―¡Prestadme atención! Yo os he hecho caso en todo lo que me habéis pedido, y os he dado un rey que os gobierne. Ya tenéis al rey que va a dirigiros. En cuanto a mí, ya soy viejo y lleno de canas, y mis hijos son parte del pueblo. Yo os he guiado a vosotros desde mi juventud hasta la fecha. Aquí me tenéis. Podéis acusarme en la presencia del SEÑOR y de su ungido. ¿A quién le he robado un buey o un asno? ¿A quién he defraudado? ¿A quién he oprimido? ¿Por quién me he dejado sobornar? Acusadme, y pagaré lo que corresponda. ―No nos has defraudado —respondieron—; tampoco nos has oprimido ni le has robado nada a nadie. Samuel insistió: ―¡Que el SEÑOR y su ungido sean hoy testigos de que no me habéis hallado culpable de nada! ―¡Que lo sean! —fue la respuesta del pueblo.