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1 SAMUEL 10:17-25

1 SAMUEL 10:17-25 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Después llamó Samuel a los israelitas, para adorar al Señor en Mispá; allí les dijo: –El Señor, Dios de Israel, dice: ‘Yo os saqué de Egipto a vosotros los israelitas, y os libré del poder de los egipcios y de todos los reinos que os oprimían.’ Pero ahora vosotros despreciáis a vuestro Dios, que os ha librado de todos vuestros apuros y aflicciones, y lo habéis rechazado al pedir que os ponga un rey que os gobierne. Por lo tanto, presentaos ahora delante del Señor por tribus y por clanes. Luego ordenó Samuel que se acercaran todas las tribus de Israel, y la suerte cayó sobre la tribu de Benjamín. A continuación ordenó que se acercaran los de la tribu de Benjamín, y la suerte cayó sobre el clan de Matrí, y de éste cayó la suerte sobre Saúl, hijo de Quis. Pero le buscaron y no lo encontraron, por lo cual consultaron otra vez al Señor, para saber si Saúl estaba allí. Y el Señor respondió que, en efecto, Saúl estaba allí, escondido entre el bagaje. Entonces corrieron a sacarle de su escondite. Y cuando Saúl se presentó ante el pueblo, se vio que ningún israelita le pasaba del hombro. Samuel preguntó a todos: –¿Ya habéis visto al que el Señor ha escogido como rey? ¡No hay un solo israelita que pueda compararse con él! –¡Viva el rey! –respondieron los israelitas. En seguida Samuel expuso al pueblo las leyes del reino, y las escribió en un libro que depositó en el santuario del Señor. Después Samuel ordenó a todos que volvieran a sus casas.

1 SAMUEL 10:17-25 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Después de esto, Samuel convocó al pueblo de Israel para que se presentara ante el SEÑOR en Mizpa. Allí les dijo a los israelitas: «Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: “Yo saqué a Israel de Egipto. Yo os libré a vosotros del poder de los egipcios y de todos los reinos que os oprimían”. Ahora, sin embargo, vosotros habéis rechazado a vuestro Dios, quien os libra de todas las calamidades y aflicciones. Habéis dicho: “¡No! ¡Danos un rey que nos gobierne!” Por tanto, presentaos ahora ante el SEÑOR por tribus y por familias». Dicho esto, Samuel hizo que se acercaran todas las tribus de Israel y, al echar la suerte, fue escogida la tribu de Benjamín. Luego mandó que se acercara la tribu de Benjamín, familia por familia, y la suerte cayó sobre la familia de Matri, y finalmente sobre Saúl hijo de Quis. Entonces fueron a buscar a Saúl, pero no lo encontraron, de modo que volvieron a consultar al SEÑOR: ―¿Ha venido aquí ese hombre? ―Sí —respondió el SEÑOR—, pero se ha escondido entre el equipaje. Fueron corriendo y lo sacaron de allí. Y, cuando Saúl se puso en medio de la gente, vieron que era tan alto que nadie le llegaba al hombro. Dijo entonces Samuel a todo el pueblo: ―¡Mirad al hombre que el SEÑOR ha escogido! ¡No hay nadie como él en todo el pueblo! ―¡Viva el rey! —exclamaron todos. A continuación, Samuel le explicó al pueblo las leyes del reino y las escribió en un libro que depositó ante el SEÑOR. Luego mandó que todos regresaran a sus casas.