1 SAMUEL 1:21-28
1 SAMUEL 1:21-28 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Luego fue Elcaná con toda su familia a Siló, para cumplir su promesa y ofrecer el sacrificio anual; pero Ana no fue, sino que dijo a su marido: –No iré hasta que destete al niño. Entonces lo llevaré para dedicárselo al Señor y que se quede allá para siempre. Elcaná, su marido, le respondió: –Haz lo que mejor te parezca. Quédate hasta que lo hayas destetado. Y que el Señor cumpla su promesa. Así que ella se quedó, y crió a su hijo hasta que lo destetó. Y cuando le quitó el pecho, y siendo todavía él un niño pequeño, lo llevó consigo al templo del Señor en Siló. También llevó tres becerros, veintidós litros de trigo y un odre de vino. Entonces sacrificaron un becerro y presentaron el niño a Elí. Ana le dijo: –Perdona, señor, pero tan cierto como que tú vives es que yo soy aquella mujer que estuvo orando al Señor aquí, cerca de ti. Le pedí al Señor que me diera este hijo, y él me lo concedió. Yo, por mi parte, lo he dedicado al Señor; mientras viva, le estará dedicado. Entonces Elí se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, delante del Señor.
1 SAMUEL 1:21-28 Reina Valera 2020 (RV2020)
Después Elcana, el marido, subió con toda su familia para ofrecer al Señor el sacrificio acostumbrado y su voto. Pero Ana no subió, sino que dijo a su marido: —Yo no subiré hasta que el niño sea destetado. Entonces lo llevaré, será presentado delante del Señor y se quedará allá para siempre. Elcana, su marido, le respondió: —Haz lo que bien te parezca y quédate hasta que lo destetes; así cumpla el Señor su palabra. Se quedó la mujer y crió a su hijo hasta que lo destetó. Después que lo destetó, y aunque el niño era aún muy pequeño, lo llevó consigo a la casa del Señor en Silo, con tres becerros, una medida de harina y una vasija de vino. Tras inmolar el becerro, trajeron el niño a Elí. Y Ana le dijo: —¡Señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti, y oraba al Señor. Por este niño oraba, y el Señor me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también al Señor; todos los días que viva, será del Señor. Y adoró allí al Señor.
1 SAMUEL 1:21-28 La Palabra (versión española) (BLP)
Al año siguiente subió el marido Elcaná con su familia a ofrecer al Señor el sacrificio anual y a cumplir su promesa, pero Ana no subió, excusándose a su marido: —Cuando destete al niño, lo llevaré para presentarlo ante el Señor y para que se quede allí de por vida. Elcaná, su marido, le contestó: —Haz lo que mejor te parezca. Quédate hasta que lo destetes y que el Señor cumpla su palabra. Ana se quedó en casa, criando a su hijo hasta que lo destetó. Entonces lo llevó al santuario del Señor en Siló, junto con un novillo, un saco de harina y un pellejo de vino. Sacrificaron el novillo y presentaron el niño a Elí. Y Ana le dijo: —Por favor, señor, escúchame. Yo soy la mujer que estuvo aquí, junto a ti, orando al Señor. Este es el niño que pedía y el Señor me ha concedido la petición que le hice. Ahora se lo entrego al Señor para que sea suyo de por vida. Y adoraron allí al Señor.
1 SAMUEL 1:21-28 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Cuando Elcaná volvió a salir con toda su familia para cumplir su promesa y ofrecer su sacrificio anual al SEÑOR, Ana no lo acompañó. ―No iré hasta que el niño sea destetado —le explicó a su esposo—. Entonces lo llevaré para dedicarlo al SEÑOR, y allí se quedará el resto de su vida. ―Bien, haz lo que te parezca mejor —respondió su esposo Elcaná—. Quédate hasta que lo destetes, con tal de que el SEÑOR cumpla su palabra. Así pues, Ana se quedó en su casa y crio a su hijo hasta que lo destetó. Cuando dejó de amamantarlo, salió con el niño, a pesar de ser tan pequeño, y lo llevó a la casa del SEÑOR en Siló. También llevó un becerro de tres años, una medida de harina y un odre de vino. Luego sacrificaron el becerro y presentaron el niño a Elí. Dijo Ana: «Mi señor, tan cierto como que tú vives, te juro que yo soy la mujer que estuvo aquí a tu lado orando al SEÑOR. Este es el niño que yo le pedí al SEÑOR, y él me lo concedió. Ahora yo, por mi parte, se lo entrego al SEÑOR. Mientras el niño viva, estará dedicado a él». Entonces Elí se postró allí ante el SEÑOR.