1 PEDRO 3:8-16
1 PEDRO 3:8-16 La Palabra (versión española) (BLP)
En fin, tened todos un mismo pensar, compartid penas y alegrías, portaos fraternalmente, sed misericordiosos y sencillos. No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto. Al contrario, bendecid, pues habéis sido llamados a heredar una bendición. En efecto: Quien desee amar la vida y conocer días felices, debe guardar su lengua del mal, y sus labios de la falsedad. Debe apartarse del mal y practicar el bien, debe buscar la paz y correr tras ella. Pues los ojos del Señor se fijan en los buenos, y sus oídos atienden a sus ruegos. Rechaza, en cambio, el Señor a quienes practican el mal. Y ¿quién podrá haceros daño, si os entregáis con ardor a la práctica del bien? Pero, aun cuando tengáis que sufrir por comportaros rectamente, ¡dichosos vosotros! No les tengáis miedo ni os acobardéis. Glorificad en vuestro corazón a Cristo, el Señor, estando dispuestos en todo momento a dar razón de vuestra esperanza a cualquiera que os pida explicaciones. Pero, eso sí, hacedlo con dulzura y respeto, como quien tiene limpia la conciencia, para que quienes critican vuestra buena conducta cristiana queden avergonzados de sus calumnias.
1 PEDRO 3:8-16 Reina Valera 2020 (RV2020)
En fin, sed todos de un mismo sentir, compasivos, y amaos fraternalmente. Sed misericordiosos y amigables. No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición. Al contrario, bendecid, pues sabéis que fuisteis llamados a heredar bendición, porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal y sus labios de la mentira; apártese del mal y haga el bien; busque la paz y sígala. Pues los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. ¿Quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? Pero también si tenéis que sufrir por causa de la justicia, sois dichosos. Por tanto, no tengáis miedo de nadie ni os inquietéis. Al contrario, santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con humildad y respeto ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. Mantened limpia vuestra conciencia, para que sean avergonzados aquellos que os tratan de malhechores y hablan mal de vosotros por vuestra buena conducta en Cristo.
1 PEDRO 3:8-16 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
En fin, vivid todos en armonía, unidos en un mismo sentir y amándoos como hermanos. Sed bondadosos y humildes. No devolváis mal por mal ni insulto por insulto. Al contrario, devolved bendición, pues Dios os ha llamado a recibir bendición. Porque: “Quien quiera amar la vida y pasar días felices, cuide su lengua de hablar mal y sus labios de decir mentiras; aléjese del mal y haga el bien, busque la paz y sígala. Porque el Señor cuida a los justos y presta oído a sus oraciones, pero está en contra de los malhechores.” ¿Quién podrá haceros daño, si vosotros os empeñáis siempre en hacer el bien? Pero incluso si por actuar con rectitud habéis de sufrir, ¡dichosos vosotros! No tengáis miedo a nadie ni os asustéis, sino honrad a Cristo, como Señor, en vuestros corazones. Estad siempre preparados para responder a cualquiera que os pida razón de la esperanza que tenéis, pero hacedlo con humildad y respeto. Portaos de tal modo que tengáis tranquila la conciencia, para que quienes hablan mal de vuestra buena conducta como creyentes en Cristo, se avergüencen de sus propias palabras.
1 PEDRO 3:8-16 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
En fin, vivid en armonía los unos con los otros; compartid penas y alegrías, practicad el amor fraternal, sed compasivos y humildes. No devolváis mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendecid, porque para esto fuisteis llamados, para heredar una bendición. En efecto, «el que quiera amar la vida y gozar de días felices, que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños; que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está en contra de los que hacen el mal». Y a vosotros, ¿quién os va a hacer daño si os esforzáis por hacer el bien? ¡Dichosos si sufrís por causa de la justicia! «No temáis lo que ellos temen, ni os dejéis asustar». Más bien, honrad en vuestro corazón a Cristo como Señor. Estad siempre preparados para responder a todo el que os pida razón de la esperanza que hay en vosotros. Pero hacedlo con gentileza y respeto, manteniendo la conciencia limpia, para que los que hablan mal de vuestra buena conducta en Cristo se avergüencen de sus calumnias.