1 PEDRO 2:23-25
1 PEDRO 2:23-25 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia. Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas habéis sido sanados. Antes erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor que cuida de vuestras vidas.
1 PEDRO 2:23-25 Reina Valera 2020 (RV2020)
Cuando lo maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que encomendaba la causa al que juzga justamente. Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, una vez muertos a los pecados, vivamos para la justicia. ¡Por su herida habéis sido sanados! Vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al que es pastor y guardián de vuestras vidas.
1 PEDRO 2:23-25 La Palabra (versión española) (BLP)
Cuando lo injuriaban, no respondía con injurias, sino que sufría sin amenazar y se ponía en manos de Dios, que juzga con justicia. Cargando sobre sí nuestros pecados, los llevó hasta el madero para que nosotros muramos al pecado y vivamos con toda rectitud. Habéis sido, pues, sanados a costa de sus heridas. Antes, en efecto, andabais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al que es pastor y guardián de vuestras vidas.
1 PEDRO 2:23-25 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Cuando le insultaban, no contestaba con insultos; cuando le hacían sufrir, no amenazaba, sino que se encomendaba a Dios, que juzga con rectitud. Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, para que nosotros muramos al pecado y vivamos una vida de rectitud. Cristo fue herido para que vosotros fuerais sanados. Antes andabais como ovejas extraviadas, pero ahora habéis vuelto a Cristo, que os cuida como un pastor y vela por vosotros.
1 PEDRO 2:23-25 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia. Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas habéis sido sanados. Antes erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor que cuida de vuestras vidas.