1 PEDRO 2:1-9
1 PEDRO 2:1-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
Desechad, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias y toda clase de murmuración. Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, ya que habéis gustado la bondad del Señor. Acercaos a él, la piedra viva que fue desechada por los hombres, pero que para Dios es escogida y preciosa. También vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también dice la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra angular, escogida, preciosa; el que crea en él, no será avergonzado . Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso. En cambio para los que no creen: La piedra que los edificadores desecharon ha venido a ser la piedra angular, y: Piedra de tropiezo y roca que hace caer . Ellos, por su desobediencia, tropiezan en la palabra, para lo cual estaban destinados. Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
1 PEDRO 2:1-9 La Palabra (versión española) (BLP)
Renunciad, pues, a toda malicia, a todo engaño, hipocresía, envidia o maledicencia. Como niños recién nacidos, nutríos de la leche pura del Espíritu para que con ella crezcáis y recibáis la salvación, ya que habéis gustado la bondad del Señor. Al integraros en él, piedra viva rechazada por los humanos, pero escogida y preciosa para Dios, también vosotros, como piedras vivas, os vais construyendo como templo espiritual para formar un sacerdocio consagrado que, por medio de Jesucristo, ofrezca sacrificios espirituales y agradables a Dios. Pues dice la Escritura: Mirad, yo coloco en Sion una piedra angular, escogida y preciosa; quien ponga su confianza en ella, no se verá defraudado . Piedra de gran valor para vosotros los creyentes. En cambio, para los incrédulos: La piedra que desecharon los constructores, se ha convertido en la piedra principal, en piedra de tropiezo, en roca donde uno se estrella. Y, efectivamente, en ella tropiezan los que no aceptan el mensaje; tal es su destino. Pero vosotros sois raza elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su posesión, destinado a proclamar las grandezas de quien os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.
1 PEDRO 2:1-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Por lo tanto, abandonad toda clase de maldad, todo engaño, hipocresía y envidia, y toda murmuración. Como niños recién nacidos, buscad con ansia la leche espiritual pura, para que por medio de ella crezcáis y tengáis salvación, si es que realmente os habéis percatado de que el Señor es bueno. Acercaos, pues, al Señor, la piedra viva que los hombres despreciaron, pero que para Dios es piedra escogida y de mucho valor. De esta manera, Dios hará de vosotros, como de piedras vivas, un templo espiritual, un sacerdocio santo que por medio de Jesucristo ofrezca sacrificios espirituales, agradables a Dios. Por eso dice la Escritura: “Yo pongo en Sión una piedra que es la piedra principal, escogida y muy valiosa; quien confía en ella no quedará defraudado.” Para vosotros, los creyentes, esa piedra es de mucho valor; en cambio, para los que no creen se cumple lo que dice la Escritura: “La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal.” Y también esto otro: “Una roca, una piedra en la cual tropezarán”, pues ellos tropiezan al no hacer caso del mensaje; tal es su destino. Pero vosotros sois una familia escogida, un sacerdocio al servicio del Rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios, destinado a anunciar las obras maravillosas de Dios, que os llamó a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa.
1 PEDRO 2:1-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Por lo tanto, abandonando toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia, desead con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, creceréis en vuestra salvación, ahora que habéis probado lo bueno que es el Señor. Cristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos, pero escogida y preciosa ante Dios. Al acercaros a él, también vosotros sois como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegáis a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo. Así dice la Escritura: «Mirad que pongo en Sión una piedra principal escogida y preciosa, y el que confíe en ella no será jamás defraudado». Para vosotros, los creyentes, esta piedra es preciosa; pero, para los incrédulos, «la piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular», y también: «una piedra de tropiezo y una roca que hace caer». Tropiezan al desobedecer la palabra, para lo cual estaban destinados. Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclaméis las obras maravillosas de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.