1 PEDRO 1:15-19
1 PEDRO 1:15-19 Reina Valera 2020 (RV2020)
Al contrario, así como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo . Si invocáis por Padre a aquel que, sin hacer acepción de personas, juzga a cada uno según sus hechos, comportaos con temor de Dios todo el tiempo que viváis en este mundo. Bien sabéis que fuisteis rescatados de una vida sin sentido, la cual heredasteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.
1 PEDRO 1:15-19 La Palabra (versión española) (BLP)
Por el contrario, comportaos en todo santamente, como santo es el que os llamó. Pues así lo dice la Escritura: Sed santos, porque yo soy santo. Y, si llamáis Padre al que juzga a todos sin favoritismos y según su conducta, comportaos fielmente mientras vivís en tierra extraña. Debéis saber que habéis sido liberados de la estéril situación heredada de vuestros mayores, no con bienes caducos como son el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, cordero sin mancha y sin tacha
1 PEDRO 1:15-19 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Al contrario, vivid de una manera completamente santa, porque Dios, que os llamó, es santo; pues la Escritura dice: “Sed santos, porque yo soy santo.” Si llamáis “Padre” a Dios, que juzga a cada cual según sus hechos y sin hacer diferencia entre unas personas y otras, debéis mostrarle reverencia durante todo el tiempo que viváis en este mundo. Pues Dios os ha rescatado de la vida sin sentido que heredasteis de vuestros antepasados; y sabéis muy bien que el costo de este rescate no se pagó con bienes corruptibles, como el oro o la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, ofrecido en sacrificio como un cordero sin defecto ni mancha.
1 PEDRO 1:15-19 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Más bien, sed santos en todo lo que hagáis, como también es santo quien os llamó; pues está escrito: «Sed santos, porque yo soy santo». Ya que invocáis como Padre al que juzga con imparcialidad las obras de cada uno, vivid con temor reverente mientras seáis peregrinos en este mundo. Como bien sabéis, vosotros fuisteis rescatados de la vida absurda que heredasteis de vuestros antepasados. El precio de vuestro rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto.