1 REYES 8:62-66
1 REYES 8:62-66 Reina Valera 2020 (RV2020)
Entonces el rey, y todo Israel con él, ofrecieron sacrificios delante del Señor. Salomón ofreció al Señor, como sacrificios de paz, veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa del Señor. Aquel mismo día el rey santificó el centro del atrio que estaba delante de la casa del Señor, porque ofreció allí los holocaustos, las ofrendas y la grasa de los sacrificios de paz, por cuanto el altar de bronce que estaba delante del Señor era pequeño y no cabían en él los holocaustos, las ofrendas y la grasa de los sacrificios de paz. En aquel tiempo Salomón, y con él todo Israel, una gran muchedumbre que acudió desde la entrada de Hamat hasta el río de Egipto, hizo fiesta delante del Señor, nuestro Dios, durante siete días, y aun otros siete días, esto es, durante catorce días. Al octavo día despidió al pueblo, y ellos, tras bendecir al rey, se fueron a sus casas alegres y gozosos de corazón, por todo el bien que el Señor había hecho a David, su siervo, y a su pueblo Israel.
1 REYES 8:62-66 La Palabra (versión española) (BLP)
El rey y todo Israel con él ofrecieron sacrificios al Señor. Salomón sacrificó veintidós mil toros y ciento veinte mil corderos, como sacrificio de comunión en honor del Señor. Así dedicaron el rey y todos los israelitas el Templo del Señor. Aquel día el rey consagró el interior del atrio que hay delante del Templo del Señor, ofreciendo allí los holocaustos, las ofrendas y la grasa de los sacrificios de comunión, pues el altar de bronce que hay delante del Señor era demasiado pequeño para contener los holocaustos, las ofrendas y la grasa de los sacrificios de comunión. En aquella ocasión Salomón y con él todo Israel, una gran asamblea venida desde el paso de Jamat hasta el torrente de Egipto, celebraron la fiesta religiosa ante el Señor nuestro Dios durante siete días; al octavo día despidió al pueblo. Ellos bendijeron al rey y se marcharon a sus casas alegres y felices por todos los beneficios que el Señor había concedido a su siervo David y a su pueblo Israel.
1 REYES 8:62-66 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Entonces el rey, con todo Israel, ofreció sacrificios en presencia del SEÑOR. Como sacrificio de comunión, Salomón ofreció al SEÑOR veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así fue como el rey y todos los israelitas dedicaron el templo del SEÑOR. Aquel mismo día el rey consagró la parte central del atrio, que está frente al templo del SEÑOR, y allí presentó los holocaustos, las ofrendas de cereales y la grasa de los sacrificios de comunión, ya que el altar de bronce que estaba ante el SEÑOR era pequeño y no había espacio para todos estos sacrificios y ofrendas. Y así, en presencia del SEÑOR, Salomón y todo Israel celebraron la fiesta durante siete días, extendiéndola luego siete días más: ¡catorce días de fiesta en total! A la fiesta llegó gente de todas partes, desde Lebó Jamat hasta el río de Egipto, y se formó una gran asamblea. Al final, Salomón despidió al pueblo, y ellos bendijeron al rey y regresaron a sus casas, contentos y llenos de alegría por todo el bien que el SEÑOR había hecho en favor de su siervo David y de su pueblo Israel.
1 REYES 8:62-66 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Después de esto, el rey y todo Israel ofrecieron sacrificios al Señor. Y Salomón ofreció al Señor veintidós mil toros y ciento veinte mil ovejas, como sacrificios de reconciliación. Así fue como el rey y todos los israelitas consagraron el templo del Señor. El mismo día, el rey consagró el centro del atrio que está frente al templo del Señor, pues allí ofreció los holocaustos, las ofrendas de cereales y la grasa de los sacrificios de reconciliación, porque el altar de bronce que había delante del Señor era pequeño y no cabían los holocaustos, las ofrendas de cereales y la grasa de los sacrificios de reconciliación. En dicha ocasión, Salomón y todo Israel, una gran muchedumbre que había venido desde la entrada de Hamat hasta el arroyo de Egipto, celebraron la fiesta de las Enramadas en honor del Señor nuestro Dios, y otra fiesta de siete días; en total, catorce días de fiesta. Al día siguiente despidió al pueblo, y ellos bendijeron al rey y se fueron a sus casas alegres y satisfechos por todo el bien que el Señor había hecho a David, su servidor, y a su pueblo Israel.