1 CORINTIOS 15:42-49
1 CORINTIOS 15:42-49 Reina Valera 2020 (RV2020)
Así es también con la resurrección de los muertos. Se siembra algo corruptible, resucita incorruptible. Se siembra en deshonra, resucita en gloria; se siembra en debilidad, resucita en poder. Se siembra un cuerpo animal, resucita un cuerpo espiritual. Pues hay un cuerpo animal y hay también un cuerpo espiritual. Así también está escrito: El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser dotado de vida ; y el último Adán, en espíritu que da vida. Pero no fue primero lo espiritual, sino lo animal; y luego lo espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Como es el terrenal, así serán también los terrenales; y como es el celestial, así serán también los celestiales. Y así como llevamos la imagen del terrenal, llevaremos también la imagen del celestial.
1 CORINTIOS 15:42-49 La Palabra (versión española) (BLP)
Así sucede con la resurrección de los muertos: se siembra algo corruptible, resucita incorruptible; se siembra una cosa despreciable, resucita resplandeciente de gloria; se siembra algo endeble, resucita pleno de vigor; se siembra, en fin, un cuerpo animal, resucita un cuerpo espiritual. Pues si hay cuerpo animal, también lo hay espiritual. La Escritura dice: Adán, el primer ser humano, fue creado como un ser dotado de vida; el último Adán, como un espíritu que da vida. Y no existió primero lo espiritual, sino lo animal; lo espiritual es posterior. El primer ser humano procede de la tierra, y es terreno; el segundo viene del cielo. El terreno es prototipo de los terrenos; el celestial, de los celestiales. Y así como hemos incorporado en nosotros la imagen del ser humano terreno, incorporaremos también la del celestial.
1 CORINTIOS 15:42-49 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Lo mismo pasa con la resurrección de los muertos: lo que se entierra es corruptible, lo que resucita es incorruptible; lo que se entierra es despreciable, lo que resucita es glorioso; lo que se entierra es débil, lo que resucita es fuerte; lo que se entierra es un cuerpo material, lo que resucita es un cuerpo espiritual. Así como hay cuerpo material, también lo hay espiritual. Esto dice la Escritura: “El primer hombre, Adán, fue materia con vida.” En cambio, el último Adán es espíritu que da vida. Sin embargo, lo espiritual no es primero, sino lo material. Después viene lo espiritual. El primer hombre, hecho de tierra, procede de la tierra; el segundo hombre procede del cielo. Los cuerpos de la tierra son como aquel hombre hecho de tierra, y los del cielo son como aquel que es del cielo. Así como nos parecemos al hombre hecho de tierra, así también nos pareceremos al que es del cielo.
1 CORINTIOS 15:42-49 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Así sucederá también con la resurrección de los muertos. Lo que se siembra en corrupción resucita en incorrupción; lo que se siembra en oprobio resucita en gloria; lo que se siembra en debilidad resucita en poder; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, también hay un cuerpo espiritual. Así está escrito: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente»; el último Adán, en el Espíritu que da vida. No vino primero lo espiritual, sino lo natural, y después lo espiritual. El primer hombre era del polvo de la tierra; el segundo hombre, del cielo. Como es aquel hombre terrenal, así son también los de la tierra; y como es el celestial, así son también los del cielo. Y, así como hemos llevado la imagen de aquel hombre terrenal, llevaremos también la imagen del celestial.