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1 CORINTIOS 1:1-31

1 CORINTIOS 1:1-31 Reina Valera 2020 (RV2020)

Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, y a todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. Que la gracia y la paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros. Siempre doy gracias a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia que él os ha concedido en Cristo Jesús. Es por medio de él que habéis sido enriquecidos en todo: en toda palabra y en todo conocimiento. Así el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado entre vosotros, de tal manera que no carecéis de ningún don mientras esperáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el fin, para que seáis irreprensibles el día que nuestro Señor Jesucristo regrese. Fiel es Dios, quien os ha llamado a la comunión con su Hijo Jesucristo, Señor nuestro. Hermanos, os ruego por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os pongáis todos de acuerdo, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en un mismo pensar y un mismo parecer. Digo esto, hermanos míos, porque los de Cloé me han informado acerca de vosotros, de que hay entre vosotros contiendas. Me refiero a eso que cada uno de vosotros dice: «Yo soy de Pablo», «Yo, de Apolos», «Yo, de Cefas», «Yo, de Cristo». ¿Acaso Cristo está dividido? ¿Fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? Doy gracias a Dios de que no he bautizado a ninguno de vosotros, excepto a Crispo y a Gayo, para que ninguno diga que fue bautizado en mi nombre. También bauticé a la familia de Estéfanas, pero no sé si he bautizado a algún otro. Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con lenguaje de sabios, para que no se invalide la cruz de Cristo. Porque verdaderamente, la palabra de la cruz es locura para los que se pierden; pero para los que se salvan, es decir, para nosotros, es poder de Dios, pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios y deshecharé la inteligencia de los inteligentes . ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el filósofo de este mundo? ¿Acaso Dios no ha enloquecido la sabiduría del mundo? En efecto, dado que el mundo, mediante su sabiduría, no reconoció a Dios a través de las obras que manifiestan la sabiduría divina, Dios tuvo a bien salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que para los judíos ciertamente es un tropezadero, y para los gentiles es una locura. En cambio para los que Dios ha llamado, tanto judíos como griegos, Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios, porque la locura de Dios es más sabia que los seres humanos, y la debilidad de Dios es más fuerte que los seres humanos. Hermanos, fijaos en vosotros mismos que fuisteis llamados, y veréis que no hay muchos sabios según los criterios humanos, ni muchos poderosos, ni muchos nobles. Al contrario, Dios escogió lo que el mundo considera locura para avergonzar a los sabios; y Dios escogió a los que el mundo tiene por débiles para avergonzar a los fuertes; y Dios escogió lo despreciable del mundo y lo menospreciado; y lo que no es, para anular lo que es, para que nadie se jacte en su presencia. Pero gracias a él vosotros estáis en Cristo Jesús, que ha sido hecho para nosotros sabiduría de Dios, justificación, santificación y redención, para que, como está escrito: El que se gloría, que se gloríe en el Señor .

1 CORINTIOS 1:1-31 La Palabra (versión española) (BLP)

Pablo, elegido por designio de Dios para ser apóstol de Cristo Jesús, y el hermano Sóstenes, a la Iglesia de Dios reunida en Corinto. A vosotros que, consagrados por Cristo Jesús, habéis sido elegidos por Dios para ser su pueblo, junto con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor suyo y nuestro. Que Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, el Señor, os concedan gracia y paz. Doy gracias sin cesar a mi Dios por vosotros ya que os ha otorgado su gracia mediante Jesucristo y os ha enriquecido sobremanera con toda clase de dones, tanto en lo que se refiere al conocer como al hablar. Y de tal manera se ha consolidado en vosotros el mensaje de Cristo, que de ningún don carecéis mientras estáis a la espera de que nuestro Señor Jesucristo se manifieste. Él será quien os mantenga firmes hasta el fin, para que nadie tenga de qué acusaros el día de nuestro Señor Jesucristo. Dios, que os ha elegido para vivir en unión con su Hijo Jesucristo, es un Dios que cumple su palabra. Pero tengo algo que pediros, hermanos, y lo hago en nombre de nuestro Señor Jesucristo: que haya concordia entre vosotros. Desterrad cuanto signifique división y recuperad la armonía pensando y sintiendo lo mismo. Digo esto, hermanos míos, porque los de Cloe me han informado de que hay divisiones entre vosotros. Me refiero a eso que anda diciendo cada uno de vosotros: «Yo pertenezco a Pablo», «yo a Apolo», «yo a Pedro», «yo a Cristo». Pero bueno, ¿es que Cristo está dividido? ¿Ha sido crucificado Pablo por vosotros o habéis sido bautizados en su nombre? ¡Es como para dar gracias a Dios el no haber bautizado entre vosotros más que a Crispo y a Gayo! Así nadie puede presumir de haber quedado vinculado a mí por el bautismo. Bueno, también bauticé a la familia de Estéfanas; fuera de estos, no recuerdo haber bautizado a ningún otro. Es que Cristo no me envió a bautizar, sino a proclamar el evangelio. Y a proclamarlo sin alardes de humana elocuencia, para que no quede anulada la eficacia de la cruz de Cristo. El lenguaje de la cruz es, ciertamente, un absurdo para los que van por sendas de perdición; mas para nosotros, los que estamos en camino de salvación, es poder de Dios. Lo dice la Escritura: Destruiré la sabiduría de los sabios y haré fracasar la inteligencia de los inteligentes. ¿Quién se atreverá a presumir de sabio, de maestro o de investigador de este mundo? ¿No ha demostrado Dios que la sabiduría de este mundo es pura necedad? En efecto, el mundo con su sabiduría sobre Dios no ha llegado a conocer a Dios a través de esa sabiduría. Por eso, Dios ha decidido salvar a los creyentes a través de un mensaje que parece absurdo. Porque mientras los judíos piden milagros y los griegos buscan sabiduría, nosotros anunciamos a Cristo crucificado, que para los judíos es una piedra en que tropiezan y para los paganos es cosa de locos. Pero para los que Dios ha elegido, sean judíos o griegos, ese Cristo es poder y sabiduría de Dios, pues lo que en Dios parece absurdo es mucho más sabio que lo humano, y lo que en Dios parece débil es más fuerte que lo humano. Basta, hermanos, con que os fijéis en cómo se ha realizado vuestra elección: no abundan entre vosotros los que el mundo considera sabios, poderosos o aristócratas. Al contrario, Dios ha escogido lo que el mundo tiene por necio, para poner en ridículo a los que se creen sabios; ha escogido lo que el mundo tiene por débil, para poner en ridículo a los que se creen fuertes; ha escogido lo sin importancia según el mundo, lo despreciable, lo que nada cuenta, para anular a quienes piensan que son algo. De este modo, ningún mortal podrá alardear de algo ante Dios que os ha injertado en Cristo Jesús, convertido para nosotros en sabiduría divina, en poder salvador, santificador y liberador. Así que, como dice la Escritura, si de algo hay que presumir, que sea de lo que ha hecho el Señor.

1 CORINTIOS 1:1-31 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Pablo, llamado por la voluntad de Dios a ser apóstol de Cristo Jesús, y el hermano Sóstenes, a los hermanos de la iglesia de Dios que está en la ciudad de Corinto, santificados en Cristo Jesús y llamados a formar parte del pueblo santo junto con todos los que en cualquier otro lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen sobre vosotros su gracia y su paz. Siempre doy gracias a Dios por vosotros, por la gracia que Dios os ha dispensado por medio de Cristo Jesús. Pues por medio de él os ha dado Dios gran riqueza espiritual, tanto de palabra como de conocimiento, de manera que el mensaje acerca de Cristo ha llegado a ser una realidad en vosotros. De este modo no os falta ningún don de Dios mientras esperáis el día en que aparezca nuestro Señor Jesucristo. Dios os mantendrá firmes hasta el fin, para que nadie pueda reprocharos nada cuando regrese nuestro Señor Jesucristo. Dios, que siempre cumple sus promesas, es quien os ha llamado a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo os ruego que os pongáis de acuerdo y no estéis divididos. Vivid en armonía, pensando y sintiendo de la misma manera. Digo esto, hermanos míos, porque he sabido por los de la familia de Cloe que hay discordias entre vosotros. Quiero decir que cada uno de vosotros afirma: “Yo soy de Pablo”, “Yo soy de Apolos”, “Yo soy de Cefas” o “Yo soy de Cristo”. ¿Acaso Cristo está dividido? ¿O quizá Pablo fue crucificado en favor vuestro? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? ¡Gracias a Dios que no bauticé a ninguno de vosotros, aparte de Crispo y Gayo! Así nadie puede decir que fue bautizado en mi nombre. También bauticé a la familia de Estéfanas, pero no recuerdo haber bautizado a nadie más. Cristo no me envió a bautizar, sino a anunciar el evangelio, y esto sin alardes de sabiduría, para no quitar valor a la muerte de Cristo en la cruz. El mensaje de la muerte de Cristo en la cruz parece una tontería a los que van a la perdición, pero es poder de Dios para los que vamos a la salvación. Como dice la Escritura: “Destruiré la sabiduría de los sabios y rechazaré el entendimiento de los entendidos.” ¿En qué pararon el sabio, el maestro y el experto en discutir sobre cosas de este mundo? ¡Dios ha convertido en tontería la sabiduría de este mundo! En efecto, Dios dispuso en su sabiduría que los que son del mundo no le conocieran por medio de la sabiduría humana; y prefirió salvar por medio de su mensaje a los que confían en él, aunque este mensaje parezca una tontería. Los judíos quieren ver señales milagrosas y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros anunciamos a un Mesías crucificado. Esto resulta ofensivo a los judíos, y a los no judíos les parece una tontería; pero para los que Dios ha llamado, sean judíos o griegos, ese Mesías es el poder y la sabiduría de Dios. Pues lo que en Dios puede parecer una tontería es mucho más sabio que toda sabiduría humana; y lo que en Dios puede parecer debilidad es más fuerte que toda fuerza humana. Hermanos, fijaos en que Dios os ha llamado a pesar de que entre vosotros hay pocos sabios según los criterios humanos, y pocos poderosos o pertenecientes a familias importantes. Y es que, para avergonzar a los sabios, Dios ha escogido a los que el mundo tiene por tontos; y para avergonzar a los fuertes ha escogido a los que el mundo tiene por débiles. Dios ha escogido a la gente despreciada y sin importancia de este mundo, es decir, a los que no son nada, para anular a los que son algo. Así nadie podrá presumir delante de Dios. Pero Dios mismo os ha unido a Cristo Jesús, y ha hecho también que Cristo sea nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación y nuestra liberación. De esta manera, como dicen las Escrituras: “Si alguno quiere gloriarse, que se gloríe del Señor.”

1 CORINTIOS 1:1-31 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Pablo, llamado por la voluntad de Dios a ser apóstol de Cristo Jesús, y nuestro hermano Sóstenes, a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser su santo pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros: Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo os concedan gracia y paz. Siempre doy gracias a Dios por vosotros, pues él, en Cristo Jesús, os ha dado su gracia. Unidos a Cristo vosotros os habéis llenado de toda riqueza, tanto en palabra como en conocimiento. Así se ha confirmado en vosotros nuestro testimonio acerca de Cristo, de modo que no os falta ningún don espiritual mientras esperáis con ansias que se manifieste nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el fin, para que seáis irreprochables en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, quien os ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Os suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos viváis en armonía y que no haya divisiones entre vosotros, sino que os mantengáis unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito. Digo esto, hermanos míos, porque algunos de la familia de Cloé me han informado de que hay rivalidades entre vosotros. Me refiero a que unos dicen: «Yo sigo a Pablo»; otros afirman: «Yo, a Apolos»; otros: «Yo, a Cefas»; y otros: «Yo, a Cristo». ¡Cómo! ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso Pablo fue crucificado por vosotros? ¿O es que fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? Gracias a Dios que no bauticé a ninguno de vosotros, excepto a Crispo y a Gayo, de modo que nadie puede decir que fue bautizado en mi nombre. Bueno, también bauticé a la familia de Estéfanas; fuera de estos, no recuerdo haber bautizado a ningún otro. Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, y eso sin discursos de sabiduría humana, para que la cruz de Cristo no perdiera su eficacia. Me explico: El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios. Pues está escrito: «Destruiré la sabiduría de los sabios; frustraré la inteligencia de los inteligentes». ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el erudito? ¿Dónde el filósofo de esta época? ¿No ha convertido Dios en locura la sabiduría de este mundo? Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen. Los judíos piden señales milagrosas y los gentiles buscan sabiduría, mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado. Este mensaje es motivo de tropiezo para los judíos, y es locura para los gentiles, pero para los que Dios ha llamado, lo mismo judíos que gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana. Hermanos, considerad vuestro propio llamamiento: No sois muchos de vosotros sabios, según criterios meramente humanos; ni sois muchos poderosos, ni muchos de noble cuna. Pero Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos. También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse. Pero gracias a él vosotros estáis unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría —es decir, nuestra justificación, santificación y redención— para que, como está escrito: «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor».