Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

1 CORINTIOS 1:1-17

1 CORINTIOS 1:1-17 La Palabra (versión española) (BLP)

Pablo, elegido por designio de Dios para ser apóstol de Cristo Jesús, y el hermano Sóstenes, a la Iglesia de Dios reunida en Corinto. A vosotros que, consagrados por Cristo Jesús, habéis sido elegidos por Dios para ser su pueblo, junto con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor suyo y nuestro. Que Dios, nuestro Padre, y Jesucristo, el Señor, os concedan gracia y paz. Doy gracias sin cesar a mi Dios por vosotros ya que os ha otorgado su gracia mediante Jesucristo y os ha enriquecido sobremanera con toda clase de dones, tanto en lo que se refiere al conocer como al hablar. Y de tal manera se ha consolidado en vosotros el mensaje de Cristo, que de ningún don carecéis mientras estáis a la espera de que nuestro Señor Jesucristo se manifieste. Él será quien os mantenga firmes hasta el fin, para que nadie tenga de qué acusaros el día de nuestro Señor Jesucristo. Dios, que os ha elegido para vivir en unión con su Hijo Jesucristo, es un Dios que cumple su palabra. Pero tengo algo que pediros, hermanos, y lo hago en nombre de nuestro Señor Jesucristo: que haya concordia entre vosotros. Desterrad cuanto signifique división y recuperad la armonía pensando y sintiendo lo mismo. Digo esto, hermanos míos, porque los de Cloe me han informado de que hay divisiones entre vosotros. Me refiero a eso que anda diciendo cada uno de vosotros: «Yo pertenezco a Pablo», «yo a Apolo», «yo a Pedro», «yo a Cristo». Pero bueno, ¿es que Cristo está dividido? ¿Ha sido crucificado Pablo por vosotros o habéis sido bautizados en su nombre? ¡Es como para dar gracias a Dios el no haber bautizado entre vosotros más que a Crispo y a Gayo! Así nadie puede presumir de haber quedado vinculado a mí por el bautismo. Bueno, también bauticé a la familia de Estéfanas; fuera de estos, no recuerdo haber bautizado a ningún otro. Es que Cristo no me envió a bautizar, sino a proclamar el evangelio. Y a proclamarlo sin alardes de humana elocuencia, para que no quede anulada la eficacia de la cruz de Cristo.

1 CORINTIOS 1:1-17 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Pablo, llamado por la voluntad de Dios a ser apóstol de Cristo Jesús, y el hermano Sóstenes, a los hermanos de la iglesia de Dios que está en la ciudad de Corinto, santificados en Cristo Jesús y llamados a formar parte del pueblo santo junto con todos los que en cualquier otro lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen sobre vosotros su gracia y su paz. Siempre doy gracias a Dios por vosotros, por la gracia que Dios os ha dispensado por medio de Cristo Jesús. Pues por medio de él os ha dado Dios gran riqueza espiritual, tanto de palabra como de conocimiento, de manera que el mensaje acerca de Cristo ha llegado a ser una realidad en vosotros. De este modo no os falta ningún don de Dios mientras esperáis el día en que aparezca nuestro Señor Jesucristo. Dios os mantendrá firmes hasta el fin, para que nadie pueda reprocharos nada cuando regrese nuestro Señor Jesucristo. Dios, que siempre cumple sus promesas, es quien os ha llamado a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo os ruego que os pongáis de acuerdo y no estéis divididos. Vivid en armonía, pensando y sintiendo de la misma manera. Digo esto, hermanos míos, porque he sabido por los de la familia de Cloe que hay discordias entre vosotros. Quiero decir que cada uno de vosotros afirma: “Yo soy de Pablo”, “Yo soy de Apolos”, “Yo soy de Cefas” o “Yo soy de Cristo”. ¿Acaso Cristo está dividido? ¿O quizá Pablo fue crucificado en favor vuestro? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? ¡Gracias a Dios que no bauticé a ninguno de vosotros, aparte de Crispo y Gayo! Así nadie puede decir que fue bautizado en mi nombre. También bauticé a la familia de Estéfanas, pero no recuerdo haber bautizado a nadie más. Cristo no me envió a bautizar, sino a anunciar el evangelio, y esto sin alardes de sabiduría, para no quitar valor a la muerte de Cristo en la cruz.

1 CORINTIOS 1:1-17 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

Pablo, llamado por la voluntad de Dios a ser apóstol de Cristo Jesús, y nuestro hermano Sóstenes, a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser su santo pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros: Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo os concedan gracia y paz. Siempre doy gracias a Dios por vosotros, pues él, en Cristo Jesús, os ha dado su gracia. Unidos a Cristo vosotros os habéis llenado de toda riqueza, tanto en palabra como en conocimiento. Así se ha confirmado en vosotros nuestro testimonio acerca de Cristo, de modo que no os falta ningún don espiritual mientras esperáis con ansias que se manifieste nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el fin, para que seáis irreprochables en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, quien os ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Os suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos viváis en armonía y que no haya divisiones entre vosotros, sino que os mantengáis unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito. Digo esto, hermanos míos, porque algunos de la familia de Cloé me han informado de que hay rivalidades entre vosotros. Me refiero a que unos dicen: «Yo sigo a Pablo»; otros afirman: «Yo, a Apolos»; otros: «Yo, a Cefas»; y otros: «Yo, a Cristo». ¡Cómo! ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso Pablo fue crucificado por vosotros? ¿O es que fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? Gracias a Dios que no bauticé a ninguno de vosotros, excepto a Crispo y a Gayo, de modo que nadie puede decir que fue bautizado en mi nombre. Bueno, también bauticé a la familia de Estéfanas; fuera de estos, no recuerdo haber bautizado a ningún otro. Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, y eso sin discursos de sabiduría humana, para que la cruz de Cristo no perdiera su eficacia.