1 CRÓNICAS 29:3-9
1 CRÓNICAS 29:3-9 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Además, aparte de lo que ya he conseguido, por amor al templo de mi Dios entrego para su templo todo el oro y la plata que poseo: cien mil kilos de oro de Ofir y doscientos treinta mil kilos de plata finísima, para recubrir las paredes de los edificios, para todos los objetos de oro y de plata, y para toda clase de trabajo que hagan los orfebres. ¿Quién de vosotros quiere hoy dar una ofrenda al SEÑOR?» Entonces los jefes de familia, los jefes de las tribus de Israel, los jefes de mil y de cien soldados, y los encargados de las obras del rey hicieron sus ofrendas voluntarias. Donaron para las obras del templo de Dios ciento sesenta y cinco mil kilos y diez mil monedas de oro, trescientos treinta mil kilos de plata, y alrededor de seiscientos mil kilos de bronce y tres millones trescientos mil kilos de hierro. Los que tenían piedras preciosas las entregaron a Jehiel el guersonita para el tesoro del templo del SEÑOR. El pueblo estaba muy contento de poder dar voluntariamente sus ofrendas al SEÑOR, y también el rey David se sentía muy feliz.
1 CRÓNICAS 29:3-9 Reina Valera 2020 (RV2020)
Además de esto, por cuanto es muy grande mi amor por la casa de mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que, además de todas las cosas que he preparado para la casa del santuario, he dado para la casa de mi Dios: cien mil kilos de oro, de oro de Ofir, y treinta mil kilos de plata refinada para recubrir las paredes de las casas; oro, pues, para las cosas de oro, y plata para las cosas de plata, y para toda la obra de las manos de los artífices. ¿Quién quiere, pues, hacer hoy ofrenda voluntaria al Señor? Entonces los jefes de familia, los príncipes de las tribus de Israel, jefes de millares y de centenas, con los administradores de la hacienda del rey, ofrendaron voluntariamente. Dieron para el servicio de la casa de Dios ciento sesenta y cinco mil kilos y diez mil monedas de oro, trescientos treinta mil kilos de plata, seiscientos mil kilos de bronce, y tres millones trescientos mil kilos de hierro. Todo el que tenía piedras preciosas las entregó para el tesoro de la casa del Señor, en manos de Jehiel, el gersonita. Y se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamente; porque de todo corazón ofrendaron espontáneamente al Señor.
1 CRÓNICAS 29:3-9 La Palabra (versión española) (BLP)
Además, por amor al Templo de mi Dios, aparte de todo lo que he preparado para el santuario, he entregado el oro y la plata de mi propiedad personal para el Templo de mi Dios: trescientos talentos de oro de Ofir, setecientos talentos de plata fina para recubrir las paredes de las dependencias, oro y plata para sus objetos respectivos y para toda la obra de los orfebres. ¿Quién está hoy dispuesto a hacer voluntariamente su donativo generoso al Señor? Entonces los cabezas de familia, los jefes de las tribus de Israel, los capitanes de millar y de cien y los encargados de obras del rey hicieron donativos voluntarios y entregaron para el servicio del Templo cinco mil talentos y diez mil dracmas de oro, diez mil talentos de plata, dieciocho mil de bronce y cien mil de hierro; y los que tenían piedras preciosas las depositaron en manos del guersonita Jiel para el tesoro del Templo. El pueblo se alegraba de los donativos voluntarios que habían hecho al Señor de todo corazón. El rey David también se alegró mucho
1 CRÓNICAS 29:3-9 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Pero, además de todo lo que ya tengo preparado para el templo y por el amor que le tengo al templo de mi Dios, entrego para el templo el oro y la plata que son de mi propiedad personal: cien mil kilos del oro más fino y doscientos treinta mil kilos de plata refinada para cubrir las paredes de los edificios: todo el oro y la plata para hacer de uno u otro metal lo que sea necesario, y para todo trabajo que tengan que hacer los artesanos. Y ahora, ¿quién quiere contribuir voluntariamente ofreciendo un donativo para el Señor?” Entonces los jefes de familia, los jefes de las tribus de Israel, los jefes de batallones y compañías, y los jefes de obras públicas del rey, ofrecieron donativos voluntarios, dando para las obras del templo ciento sesenta y cinco mil kilos y diez mil monedas de oro, trescientos treinta mil kilos de plata, cerca de seiscientos mil kilos de bronce y tres millones trescientos mil kilos de hierro. También los que tenían piedras preciosas las entregaron a la tesorería del templo, que estaba a cargo de Jehiel, descendiente de Guersón. La gente se alegró de esta generosidad, porque habían dado estas cosas al Señor con toda sinceridad. También el rey David se puso muy contento.