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1 CRÓNICAS 22:5-17

1 CRÓNICAS 22:5-17 Reina Valera 2020 (RV2020)

David se decía: —Salomón, mi hijo, es muchacho y de tierna edad, y la Casa que se ha de edificar al Señor ha de ser magnífica por su excelencia, para renombre y honra suya en todas las tierras; ahora, pues, yo haré los preparativos necesarios. E hizo David grandes preparativos antes de su muerte. Llamó entonces David a Salomón, su hijo, y le mandó que edificara Casa al Señor, Dios de Israel. Y dijo David a Salomón: —Hijo mío, en mi corazón tuve el propósito de edificar un templo dedicado al nombre del Señor, mi Dios. Pero recibí palabra del Señor, que decía: «Tú has derramado mucha sangre y has hecho grandes guerras; no edificarás Casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí. Mira que te nacerá un hijo, el cual será hombre de paz, pues yo le haré estar en paz con todos los enemigos que lo rodean; por tanto, su nombre será Salomón, y en sus días concederé paz y reposo a Israel. Él edificará una Casa a mi nombre; será para mí un hijo, y yo seré para él un padre; y afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre». Ahora pues, hijo mío, el Señor esté contigo, y seas prosperado, para que edifiques la Casa al Señor tu Dios, como él ha dicho de ti. Que el Señor te dé entendimiento y prudencia, para que, cuando gobiernes a Israel, guardes la ley del Señor, tu Dios. Entonces serás prosperado, si cuidas de poner por obra los estatutos y decretos que el Señor mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes. Mira, yo con grandes esfuerzos he preparado para la casa del Señor tres mil trescientas toneladas de oro, treinta y tres mil toneladas de plata, y una cantidad tan abundante de bronce y hierro que resulta incalculable. Asimismo, he preparado madera y piedra, lo cual tú podrás aumentar. Tienes contigo muchos obreros, canteros, albañiles, carpinteros, hombres expertos en toda clase de obra. Hay una gran cantidad de oro, de la plata, de bronce y de hierro, hay en abundancia. Levántate y manos a la obra; que el Señor esté contigo. Asimismo, mandó David a todos los principales de Israel que ayudaran a Salomón, su hijo, y dijo

1 CRÓNICAS 22:5-17 La Palabra (versión española) (BLP)

Pues David pensaba: —Mi hijo Salomón es todavía joven e inexperto; por otra parte, el Templo que hay que edificarle al Señor ha de ser magnífico, famoso y admirable en todos los países. Voy a hacerle, pues, los preparativos. Así que David hizo grandes preparativos antes de su muerte y luego llamó a su hijo Salomón y le encargó edificar un Templo al Señor Dios de Israel. David dijo a Salomón: —Hijo mío, yo tenía proyectado edificar un Templo en honor del Señor mi Dios. Pero el Señor me comunicó lo siguiente: «Tú has derramado mucha sangre y has librado grandes batallas. No podrás, pues, edificar un Templo en mi honor, porque has derramado mucha sangre ante mí. Pero te nacerá un hijo que será un hombre apacible y yo le daré tranquilidad con todos sus enemigos circundantes. Se llamará Salomón, y en sus años concederé paz y descanso a Israel. Él edificará un Templo en mi honor. Él será mi hijo y yo seré su padre, y consolidaré para siempre su reinado sobre Israel». Ahora, hijo mío, que el Señor te acompañe para que aciertes a edificar el Templo del Señor tu Dios, tal y como te lo ha predicho. Solo precisas que Dios te conceda sensatez e inteligencia para que, cuando él te encargue gobernar a Israel, guardes la ley del Señor tu Dios. Tendrás éxito si procuras practicar los mandatos y normas que el Señor prescribió a Israel por medio de Moisés. ¡Ten ánimo y valor! ¡No temas ni te acobardes! Mira, con qué sacrificio yo he preparado para el Templo del Señor cien mil talentos de oro, un millón de talentos de plata y una cantidad tan abundante de bronce y hierro que resulta incalculable. He preparado además madera y piedra que tú podrás aumentar. También tienes a tu disposición un gran número de obreros, albañiles, maestros carpinteros y canteros, y a especialistas en cualquier tipo de trabajo. El oro, la plata, el bronce y el hierro son incalculables. Así que, manos a la obra y que el Señor te acompañe. David ordenó a todos los dignatarios de Israel que ayudasen a su hijo Salomón

1 CRÓNICAS 22:5-17 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

David pensaba: “Mi hijo Salomón es todavía un muchacho de tierna edad, y el templo que hay que construir para el Señor tiene que ser el más grande, famoso y bello de todo el mundo; así que se lo dejaré todo preparado.” Por eso, David hizo grandes preparativos antes de morir. Luego llamó a su hijo Salomón y le encargó que construyera el templo del Señor, Dios de Israel, diciéndole: “Hijo mío, yo tenía el propósito de construir un templo para el Señor mi Dios. Pero el Señor me ha dicho: ‘He visto que tú has derramado mucha sangre y has hecho muchas guerras; por eso no eres tú quien va a construirme un templo. Pero tendrás un hijo que será un hombre pacífico. Además yo haré que sus enemigos de alrededor le dejen en paz. Por eso se llamará Salomón. En su tiempo concederé paz y tranquilidad a Israel. Él me construirá un templo. Él será un hijo para mí y yo seré un padre para él, y afirmaré su reino en Israel para siempre.’ Ahora, hijo mío, que el Señor esté contigo para que logres construir el templo del Señor tu Dios conforme a lo que ha prometido que tú harías. Que el Señor te dé inteligencia y sabiduría, para que cuando él te encargue el gobierno de Israel, cumplas la ley del Señor tu Dios. Todo te saldrá bien, si procuras cumplir las leyes y disposiciones que el Señor ordenó a Moisés para Israel. ¡Ten valor y firmeza; no te desanimes ni tengas miedo! Mira, con muchos esfuerzos he podido yo preparar para el templo del Señor tres mil trescientas toneladas de oro, treinta y tres mil toneladas de plata y una cantidad tan grande de bronce y hierro que no se puede pesar. También he preparado madera y piedra, a la que tú debes añadir más. Además tienes a tu disposición muchos obreros, canteros, albañiles y carpinteros, e innumerables especialistas de todo tipo y clase de trabajos en oro, plata, bronce y hierro. Así que, ¡manos a la obra y que el Señor te ayude!” Luego, David ordenó a todos los jefes de Israel que ayudaran a su hijo Salomón, diciéndoles

1 CRÓNICAS 22:5-17 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)

«Mi hijo Salomón —pensaba David— es muy joven e inexperto, y el templo que hay que construir para el SEÑOR debe ser el más grande y famoso de toda la tierra; por eso se lo dejaré todo listo». Así que, antes de morir, David lo dejó todo listo. Luego llamó a su hijo Salomón y le encargó construir el templo para el SEÑOR, Dios de Israel. David le dijo a Salomón: «Hijo mío, yo tenía la intención de construir un templo para honrar al SEÑOR mi Dios. Pero el SEÑOR me dijo: “Ante mis propios ojos has derramado mucha sangre y has hecho muchas guerras en la tierra; por eso no serás tú quien me construya un templo. Pero tendrás un hijo que será un hombre pacífico; yo haré que los países vecinos que sean sus enemigos lo dejen en paz; por eso se llamará Salomón. Durante su reinado, yo le daré a Israel paz y tranquilidad. Él será quien me construya un templo. Él será para mí como un hijo, y yo seré para él como un padre. Yo afirmaré para siempre el trono de su reino en Israel”. »Ahora, hijo mío, que el SEÑOR tu Dios te ayude a construir su templo, tal como te ha prometido. Que te dé prudencia y sabiduría para que, cuando estés al frente de Israel, obedezcas su ley. Él es el SEÑOR tu Dios. Si cumples las leyes y normas que el SEÑOR le entregó a Israel por medio de Moisés, entonces te irá bien. ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! »Mira, con mucho esfuerzo he logrado conseguir para el templo del SEÑOR tres mil trescientas toneladas de oro, treinta y tres mil toneladas de plata y una incontable cantidad de bronce y de hierro. Además, he conseguido madera y piedra, pero tú debes adquirir más. También cuentas con una buena cantidad de obreros: canteros, albañiles, carpinteros, y expertos en toda clase de trabajos en oro, plata, bronce y hierro. Así que, ¡pon manos a la obra, y que el SEÑOR te acompañe!» Después David les ordenó a todos los jefes de Israel que colaboraran con su hijo Salomón.