TITO 1:6-9
TITO 1:6-9 DHHE
El anciano ha de ser irreprensible, esposo de una sola mujer. Sus hijos deben ser creyentes y no estar acusados de mala conducta o de rebeldía. En cuanto al obispo, como administrador de las cosas de Dios, es necesario que lleve una vida recta. No debe ser terco ni de mal genio; no debe ser borracho ni amigo de peleas, ni ha de anhelar ganancias deshonestas. Al contrario, ha de ser hospitalario y hombre de bien, de buen juicio, justo, consagrado a Dios y disciplinado. Debe apegarse al verdadero mensaje que se le enseñó, para que también pueda animar a otros con la sana enseñanza, y convencer a los que contradicen.