MARCOS 12:28-43
MARCOS 12:28-43 DHHE
Al ver lo bien que Jesús había contestado a los saduceos, uno de los maestros de la ley, que les había oído discutir, se acercó a él y le preguntó: –¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? Jesús le contestó: –El primer mandamiento de todos es: ‘Oye, Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.’ Y el segundo es: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.’ Ningún mandamiento es más importante que estos. El maestro de la ley dijo: –Muy bien, Maestro. Es verdad lo que dices: Dios es uno solo y no hay otro fuera de él. Y amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y que todos los sacrificios que se queman en el altar. Al ver Jesús que el maestro de la ley había contestado con buen sentido, le dijo: –No estás lejos del reino de Dios. Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Jesús estaba enseñando en el templo y preguntó: –¿Por qué dicen los maestros de la ley que el Mesías desciende de David? David mismo, inspirado por el Espíritu Santo, dijo: ‘El Señor dijo a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que yo ponga a tus enemigos debajo de tus pies.’ Pero, ¿cómo puede el Mesías descender de David, si David mismo le llama Señor? La gente, que era mucha, escuchaba con gusto a Jesús. Jesús decía en su enseñanza: “Guardaos de los maestros de la ley, pues les gusta andar con ropas largas y que los saluden con todo respeto en la calle. Buscan los asientos de honor en las sinagogas y los mejores puestos en los banquetes, y so pretexto de hacer largas oraciones devoran las casas de las viudas. ¡Esos recibirán mayor castigo!” Jesús, sentado en una ocasión frente a las arcas de las ofrendas, miraba cómo la gente echaba dinero en ellas. Muchos ricos echaban mucho dinero, pero en esto llegó una viuda pobre que echó en una de las arcas dos monedas de cobre de muy poco valor. Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: –Os aseguro que esta viuda pobre ha dado más que ninguno de los que echan dinero en el arca