JOB 3:13-26
JOB 3:13-26 DHHE
Si yo hubiera muerto entonces, ahora estaría durmiendo tranquilo, descansando en paz con los reyes y ministros que se construyen grandes pirámides, o con los gobernantes que llenan de oro y plata sus palacios. ¿Por qué no me enterraron como a los abortos, como a los niños muertos antes de nacer? En la tumba tiene fin la agitación de los malvados y alcanzan los cansados su reposo; allí encuentran paz los prisioneros y dejan de oir los gritos del capataz; allí están grandes y pequeños por igual, y el esclavo se ve libre de su amo. ¿Por qué deja Dios ver la luz al que sufre? ¿Por qué da vida al que está lleno de amargura, al que espera la muerte y no le llega, aunque la busque más que a un tesoro escondido? La alegría de ese hombre llega cuando por fin baja a la tumba. Dios le hace caminar a ciegas, le cierra el paso por todas partes. Los gemidos son mi alimento; mi bebida, las quejas de dolor. Todo lo que yo temía, lo que más miedo me causaba, ha caído sobre mí. No tengo descanso ni sosiego; no encuentro paz, sino inquietud.