JOB 2:1-7
JOB 2:1-7 DHHE
Cuando llegó el día en que debían presentarse ante el Señor sus servidores celestiales, se presentó también el ángel acusador entre ellos. El Señor le preguntó: –¿De dónde vienes? Y el acusador contestó: –He andado recorriendo la tierra de un lado a otro. Entonces el Señor le dijo: –¿Te has fijado en mi siervo Job? No hay nadie en la tierra como él, que me sirva tan fielmente y viva una vida tan recta y sin tacha, cuidando de no hacer mal a nadie. Y aunque tú me hiciste arruinarle sin motivo alguno, él se mantiene firme en su conducta irreprochable. Pero el acusador contestó al Señor: –Mientras no le tocan a uno el pellejo, las cosas van bien, porque el hombre está dispuesto a sacrificarlo todo por salvar su vida. Pero tócale en su propia persona y verás cómo te maldice en la cara. El Señor respondió al acusador: –Está bien, haz con él lo que quieras, con tal que respetes su vida. El acusador se alejó de la presencia del Señor, y envió sobre Job una terrible enfermedad de la piel, que le cubrió de pies a cabeza.