ISAÍAS 54:1-17
ISAÍAS 54:1-17 DHHE
Da gritos de alegría, mujer estéril y sin hijos; estalla en cantos de gozo tú, que nunca has dado a luz, porque el Señor dice: “La mujer abandonada tendrá más hijos que la que tiene esposo.” Agranda tu tienda de campaña, extiende sin miedo el toldo bajo el cual vives; alarga las cuerdas, clava bien las estacas, porque te vas a extender a derecha e izquierda; tus descendientes conquistarán muchas naciones y poblarán las ciudades ahora desiertas. No tengas miedo, no quedarás en ridículo; no te insultarán ni tendrás de qué avergonzarte. Olvidarás la vergüenza de tu juventud y no te acordarás más de la deshonra de tu viudez, porque tu creador te tomará por esposa. Su nombre es Señor todopoderoso; tu redentor es el Dios Santo de Israel, el Dios de toda la tierra. Eras como una esposa joven, abandonada y afligida, pero tu Dios te ha vuelto a llamar y te dice: “Por un corto instante te abandoné, pero con bondad inmensa te volveré a unir conmigo. En un arranque de enojo, por un momento, me oculté de ti, pero con amor eterno te tuve compasión.” Lo dice el Señor, tu redentor. “Así como juré a Noé, cuando el diluvio, no volver a inundar la tierra, así juro ahora no volver a enojarme contigo ni volver a amenazarte. Aunque las montañas cambien de lugar y los cerros se vengan abajo, mi amor por ti no cambiará ni se vendrá abajo mi pacto de paz.” Lo dice el Señor, que se compadece de ti. “¡Desdichada ciudad, azotada por la tempestad, sin nadie que te consuele! Yo pondré tus piedras sobre azabache y tus cimientos sobre zafiro; de rubíes haré tus torres, de berilo tus puertas y de piedras preciosas todas tus murallas. Yo instruiré a todos tus hijos; todos ellos tendrán gran bienestar. La justicia te hará fuerte, quedarás libre de opresión y miedo, y el terror no volverá a inquietarte. Si alguien te ataca, no será por causa mía, pero tú vencerás al que te ataque. “Mira, yo he creado al herrero que aviva el fuego en las brasas y hace armas de diversos usos; yo también he creado al hombre destructor para que cause ruina; pero nadie ha hecho el arma que pueda destruirte. Dejarás callado a todo el que te acuse. Esto es lo que yo doy a los que me sirven: la victoria.” El Señor es quien lo afirma.