GÁLATAS 4:8-20
GÁLATAS 4:8-20 DHHE
Antes, cuando no conocíais a Dios, erais esclavos de dioses que en realidad no lo son. Pero ahora que conocéis a Dios, o mejor dicho, que Dios os conoce a vosotros, ¿cómo podéis volver a someteros a esos débiles y pobres poderes, y a haceros sus esclavos? Celebráis ciertos días, meses, estaciones y años... ¡Mucho me temo que mi trabajo entre vosotros no haya servido de nada! Hermanos, os ruego que os hagáis como yo, porque yo me he hecho como vosotros. No es que me hayáis causado ningún daño. Como sabéis, cuando por primera vez os prediqué el evangelio lo hice debido a la enfermedad que padecía. Y esa enfermedad fue una prueba para vosotros, que no me despreciasteis ni me rechazasteis a causa de ella, sino que, al contrario, me recibisteis como a un ángel de Dios, ¡como si se tratase del propio Cristo Jesús! ¿Qué fue de aquella alegría que sentíais? Puedo decir en vuestro favor que, si hubierais podido, hasta os habríais sacado los ojos para dármelos a mí. Y ahora, ¿acaso me he vuelto vuestro enemigo, solo por haberos dicho la verdad? Esa gente tiene mucho interés por vosotros, pero sus intenciones no son buenas. Lo que quieren es apartaros de nosotros para que luego os intereséis por ellos. Claro está que es bueno interesarse por los demás, pero con buenas intenciones. Y así ha de ser siempre, y no solamente mientras estoy entre vosotros. Hijitos míos, otra vez sufro dolores por vosotros, como los dolores de parto de una madre. Y seguiré sufriéndolos hasta que Cristo se forme en vosotros. ¡Ojalá estuviera yo ahí ahora mismo para hablaros de otra manera, pues no sé qué pensar de vosotros!