EZEQUIEL 36:1-15
EZEQUIEL 36:1-15 DHHE
“Y tú, hombre, habla en nombre mío a las montañas de Israel. Diles que escuchen mi palabra. Yo, el Señor, digo: Los enemigos de Israel se creen ya dueños de las montañas eternas. Pues bien, habla en mi nombre y diles: ‘Esto dice el Señor: De todas partes os atacan y os destruyen; todos los pueblos extranjeros se han apoderado de vosotras y la gente os trata con burla y desprecio. Por lo tanto, montañas de Israel, escuchad el mensaje del Señor a las montañas, colinas, ríos y valles; a las ruinas despobladas y a las ciudades desiertas de Israel, que han sido saqueadas por los pueblos vecinos y que han sido objeto de burla por parte de ellos. Esto dice el Señor: Mis palabras van encendidas de enojo contra los otros pueblos, y en especial contra todo Edom, porque con gran alegría se apoderaron de mi país y con profundo desprecio saquearon sus campos.’ “Habla en mi nombre acerca de la tierra de Israel, y di: ‘Esto dice el Señor a las montañas, colinas, ríos y valles: Yo tengo palabras de ira y furor por los insultos que habéis sufrido de parte de las naciones extranjeras. Por lo tanto yo, el Señor, juro que vuestros pueblos vecinos se verán cubiertos de vergüenza. Vosotras, en cambio, montañas de Israel, estaréis cubiertas de árboles grandes y con mucho fruto para mi pueblo Israel, que ya está a punto de regresar. Yo voy a protegeros, y haré que seáis cultivadas y sembradas. Haré que aumente mucho el pueblo de Israel que vive allí. Las ciudades se llenarán de habitantes y las ruinas serán reconstruidas. Haré que aumenten en vosotros los hombres y los animales, y que se hagan muy numerosos. Habrá tantos habitantes como antes, y vosotras estaréis mejor que en el pasado. Entonces reconoceréis que yo soy el Señor. Haré que mi pueblo camine sobre vosotras, montañas de Israel, y que tomen posesión de vosotras como vuestros dueños, y no volveréis a dejarlos sin hijos. ‘Yo, el Señor, digo: A vosotras, montañas, os acusan de comeros a la gente y de dejar sin hijos a vuestro pueblo. Pues bien, ya no volveréis a comeros a la gente ni a dejar sin hijos a vuestro pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo. No permitiré que oigáis de nuevo los insultos de las naciones extranjeras; no recibiréis más ofensas de esos pueblos, porque no volveréis a dejar sin hijos a vuestro pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo.’ ”