DANIEL 3:4-12
DANIEL 3:4-12 DHHE
El encargado de anunciar el comienzo de la ceremonia ordenó en voz alta: “Atención, gentes de todos los pueblos, naciones y lenguas: En cuanto oigáis tocar la trompeta, la flauta, la cítara, la lira, el salterio, la gaita y todos los instrumentos musicales, os pondréis de rodillas y adoraréis la estatua de oro que hizo construir el rey Nabucodonosor. Todo aquel que no se arrodille y adore la estatua, será arrojado inmediatamente a un horno encendido.” Así pues, en cuanto la multitud allí reunida oyó el sonido de todos aquellos instrumentos de música, se puso de rodillas y adoró la estatua de oro. Esta oportunidad la aprovecharon unos caldeos para acusar a los judíos ante el rey Nabucodonosor, diciéndole: –¡Viva Su Majestad para siempre y sea su nombre siempre recordado! Su Majestad ha ordenado que todo el mundo se arrodille y adore la estatua de oro tan pronto como se oiga el sonido de los instrumentos musicales, y que aquel que no lo haga sea arrojado a un horno encendido. Pues bien, hay unos judíos, a quienes Su Majestad puso al frente de la administración de la provincia de Babilonia, que no tienen el menor respeto a Su Majestad, ni adoran a los dioses ni la estatua de oro que Su Majestad ha mandado levantar. Ellos son Sadrac, Mesac y Abed-negó.