HECHOS 8:26-34
HECHOS 8:26-34 DHHE
Pasadas estas cosas, un ángel del Señor dijo a Felipe: “Levántate y dirígete al sur por el camino de Jerusalén a Gaza.” Este camino pasa por el desierto. Felipe se levantó y se puso en marcha. En el camino se encontró con un hombre de Etiopía. Era un alto funcionario, tesorero de la reina de Etiopía, el cual había ido a Jerusalén a adorar a Dios. Iba de regreso a su país, sentado en su carro y leyendo el libro del profeta Isaías. El Espíritu dijo a Felipe: “Ve y acércate a ese carro.” Felipe se acercó y oyó que el etíope leía el libro de Isaías. Le preguntó: –Pero ¿entiendes lo que estás leyendo? El etíope le contestó: –¿Cómo voy a entenderlo si no tengo quien me lo explique? Y pidió a Felipe que subiera y se sentara junto a él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era este: “Fue llevado como oveja al matadero; como un cordero que calla delante de los que lo trasquilan, así tampoco abrió él la boca. Fue humillado y no se le hizo justicia. ¿Quién podrá hablar de su descendencia? Porque su vida fue arrancada de la tierra.” El funcionario etíope preguntó a Felipe: –Dime, por favor, ¿a quién se refiere el profeta, a él mismo o a algún otro?