1 SAMUEL 21:1-8
1 SAMUEL 21:1-8 DHHE
David se dirigió a Nob, a ver al sacerdote Ahimélec, que salió sorprendido a su encuentro y le preguntó: –¿Cómo es que vienes solo, sin que nadie te acompañe? David le contestó: –El rey me ha ordenado atender un asunto, y me ha dicho que nadie debía saber para qué me ha enviado ni cuáles son las órdenes que traigo. En cuanto a los hombres bajo mis órdenes, los he citado en cierto lugar. A propósito, ¿qué provisiones tienes a mano? Dame cinco panes, o lo que encuentres. El sacerdote le contestó: –El pan que tengo a mano no es pan común y corriente, sino que está consagrado. Pero te lo daré, si tus hombres se han mantenido alejados de mujeres. David le respondió con firmeza: –Como siempre que salimos a campaña, hemos estado alejados de mujeres. Y aunque este es un viaje ordinario, ya mis hombres estaban limpios cuando salimos, así que con más razón lo han de estar ahora. Entonces el sacerdote le entregó el pan consagrado, pues allí no había más que los panes que se consagran al Señor y que aquel mismo día se habían quitado del altar para sustituirlos por pan caliente. En aquella ocasión estaba allí uno de los oficiales de Saúl, que había tenido que quedarse en el santuario. Era un edomita llamado Doeg, jefe de los pastores de Saúl. David dijo a Ahimélec: –¿Tienes a mano una lanza o una espada? Pues era tan urgente la orden del rey que no tuve tiempo de tomar mi espada ni mis otras armas.