RUT 4:1-16
RUT 4:1-16 RV2020
Más tarde, Booz subió a la entrada de la ciudad y se sentó allí; en ese momento pasaba aquel pariente de quien Booz había hablado. —¡Eh, fulano! —le dijo Booz—, ven acá y siéntate. Y este fue y se sentó. Entonces Booz llamó a diez ancianos de la ciudad, y les dijo: —Sentaos aquí. Cuando ellos se sentaron, dijo al pariente: —Noemí, que ha vuelto del campo de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro hermano Elimelec. Y yo decidí hacértelo saber y decirte que la compres en presencia de los que están aquí sentados, y de los ancianos de mi pueblo. Si quieres redimir la tierra, redímela; y si no quieres redimirla, decláramelo para que yo lo sepa, pues no hay otro que redima sino tú, y yo después de ti. —Yo la redimiré —respondió el pariente. Entonces replicó Booz: —El mismo día que compres las tierras de manos de Noemí, debes tomar también a Rut la moabita, mujer del difunto, a fin de perpetuar el nombre de este junto con su heredad. El pariente respondió: —No puedo hacerlo, porque pondría en riesgo mi propia herencia. Te cedo mi derecho de rescate, pues yo no puedo ejercerlo. Desde hacía tiempo existía esta costumbre en Israel, referente a la redención y al contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, uno se quitaba el calzado y lo daba a su compañero; y esto servía de testimonio en Israel. Entonces el pariente dijo a Booz: —Tómalo tú. Y se quitó el calzado. Booz se dirigió a los ancianos y a todo el pueblo con estas palabras: —Vosotros sois testigos hoy de que he adquirido de manos de Noemí todo lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón. Y que también tomo por mujer a Rut la moabita, la que fue mujer de Mahlón, para perpetuar su nombre junto con su heredad y para que su nombre no desaparezca de entre sus parientes y en esta ciudad. Vosotros sois testigos hoy. Todos los que estaban a la puerta del pueblo y los ancianos respondieron: —Somos testigos. El Señor haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, quienes edificaron la casa de Israel; y tú seas distinguido en Efrata, y renombrado en Belén. Sea tu casa como la casa de Fares, el hijo de Tamar y Judá, gracias a la descendencia que de esa joven te dé el Señor. Así fue como Booz tomó a Rut y se casó con ella. Se unió a ella, y el Señor permitió que concibiera y diera a luz un hijo. Y las mujeres decían a Noemí: —Alabado sea el Señor, que hizo que no te faltara hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será restaurador de tu alma, y te sostendrá en tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos. Tomó Noemí al niño, lo puso en su regazo y lo crió.