SALMOS 18:1-19
SALMOS 18:1-19 RV2020
Te amo, Señor, fortaleza mía. Señor, roca mía y castillo mío, mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré al Señor, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos. Me rodearon los lazos de la muerte y los torrentes de la destrucción me atemorizaron. Los lazos del seol me han rodeado, me tendieron redes de muerte. En mi angustia invoqué al Señor y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde su templo y mi clamor llegó hasta sus oídos. La tierra fue conmovida y tembló; se conmovieron los cimientos de los montes y se estremecieron, porque se indignó él. Humo salía de su nariz y de su boca fuego consumidor; carbones fueron por él encendidos. Inclinó los cielos y descendió, y había densas tinieblas debajo de sus pies. Cabalgó sobre un querubín y voló; voló sobre las alas del viento. Puso tinieblas por su escondite, por cortina suya alrededor de sí; oscuridad de aguas, nubes de los cielos. Por el resplandor de su presencia, pasaron sus nubes: granizo y carbones ardientes. Tronó en los cielos el Señor, el Altísimo dio su voz entre granizos y carbones de fuego. Envió sus saetas y los dispersó; lanzó relámpagos y los destruyó. Entonces aparecieron los abismos de las aguas y quedaron al descubierto los cimientos del mundo: a tu reprensión, Señor, por el soplo del aliento de tu nariz. Envió desde lo alto y me tomó, me sacó de las muchas aguas. Me libró de mi poderoso enemigo y de los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo. Me asaltaron en el día de mi desgracia, pero el Señor fue mi apoyo. Me sacó a lugar espacioso; me libró, porque se agradó de mí.