NÚMEROS 22:22-41
NÚMEROS 22:22-41 RV2020
Pero la ira de Dios se encendió por aquel viaje, y el ángel del Señor se puso en el camino como adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él dos criados suyos. Cuando el asna vio al ángel del Señor, que estaba en el camino con la espada desnuda en la mano, se apartó del trayecto y se fue por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino. Pero el ángel del Señor se puso en una senda de viñas que tenía pared a ambos lados. Al ver el asna al ángel del Señor, se pegó al muro, y apretó contra la pared el pie de Balaam. Él volvió a azotarla. El ángel del Señor pasó más allá, y se puso en un sendero angosto donde no había camino para apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. Cuando el asna vio al ángel del Señor, se echó al suelo debajo de Balaam. Balaam se enojó y azotó al asna con un palo. Entonces el Señor abrió la boca del asna, la cual dijo a Balaam: —¿Qué te he hecho, que me has azotado estas tres veces? —Porque te has burlado de mí —respondió Balaam al asna—. ¡Si tuviera una espada en mi mano, ahora mismo te mataría! El asna dijo a Balaam: —¿No soy yo tu asna? Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día ¿Acaso acostumbro a portarme así contigo? —No —respondió él. Entonces el Señor abrió los ojos de Balaam, que vio al ángel del Señor en medio del camino, con la espada desnuda en la mano. Balaam hizo una reverencia y se postró sobre su rostro. El ángel del Señor le dijo: —¿Por qué has azotado a tu asna estas tres veces? Yo soy el que ha salido dispuesto a no dejarte seguir, porque tu camino me parece perverso. El asna me ha visto y se ha apartado de mí estas tres veces. Y si de mí no se hubiera apartado, ya te hubiera matado a ti, y a ella la habría dejado viva. Entonces Balaam dijo al ángel del Señor: —He pecado, porque no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; pero ahora, si te parece mal, yo regresaré. Pero el ángel del Señor respondió a Balaam: —Ve con esos hombres; pero la palabra que yo te diga, esa hablarás. Así Balaam se fue con los príncipes de Balac. Cuando Balac oyó que Balaam llegaba, salió a recibirlo a la ciudad de Moab, que está junto al límite de Arnón, en los confines de su territorio. Y Balac dijo a Balaam: —¿No envié yo a llamarte? ¿Por qué no has venido ante mí? ¿No puedo yo honrarte? Balaam respondió a Balac: —Mira, ya he venido ante ti; pero ¿podré ahora decir alguna cosa? La palabra que Dios ponga en mi boca, esa hablaré. Luego fue Balaam con Balac, y llegaron a Quiriat-huzot. Balac hizo matar bueyes y ovejas, y lo envió a Balaam y a los príncipes que estaban con él. Al día siguiente, Balac tomó a Balaam y le hizo subir a Bamot-baal, y desde allí vio una parte del pueblo.