MATEO 22:15-46
MATEO 22:15-46 RV2020
Entonces los fariseos se fueron y consultaron entre sí cómo atrapar a Jesús en sus propias palabras. Y los fariseos le enviaron algunos de sus discípulos junto con los herodianos y le dijeron: —Maestro, sabemos que eres amante de la verdad y que enseñas con verdad el camino de Dios y que no te importa el qué dirán porque no miras la apariencia de las personas. Dinos, pues, qué te parece: ¿Está permitido pagar tributo a César o no? Jesús advirtiendo su mala intención, les dijo: —¿Por qué me tentáis, hipócritas? Mostradme la moneda del tributo. Ellos le presentaron un denario y Jesús les preguntó: —¿De quién es esta imagen y esta inscripción? —De César. Y entonces les dijo: —Dad, pues, a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios. Al oír esto se quedaron asombrados y se fueron. Aquel día se acercaron a él los saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: —Maestro, Moisés dijo: Si alguno muere sin hijos, su hermano se casará con su mujer y dará descendencia a su hermano . Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos: el primero se casó y como murió sin descendencia dejó su mujer a su hermano. De la misma manera el segundo, el tercero y así hasta el séptimo. Después de morir todos murió también la mujer. En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será ella mujer, ya que todos estuvieron casados con ella? Respondió Jesús: —Estáis muy equivocados, porque ni conocéis las Escrituras ni tenéis idea del poder de Dios. En la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino que todos serán como los ángeles de Dios en el cielo. Y respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os dijo Dios?: Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob . Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Al oír esto, la gente se admiraba de su enseñanza. Cuando los fariseos oyeron que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron alrededor de él. Y uno de ellos, intérprete de la ley, para ponerlo a prueba le preguntó: —Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? Jesús le respondió: — Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y gran mandamiento. El segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo . De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas. Estando reunidos los fariseos, Jesús les preguntó: —¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: —De David. Él les preguntó de nuevo: —¿Cómo, pues, David inspirado por el Espíritu lo llama Señor cuando dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies ? Pues si David lo llama Señor, ¿cómo puede ser el Cristo su hijo? Y nadie le podía responder palabra; ni se atrevió ninguno a preguntarle más desde aquel día.