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MATEO 22:1-22

MATEO 22:1-22 RV2020

Jesús tomó de nuevo la palabra y volvió a hablarles por parábolas: —El reino de los cielos es semejante a un rey que quiso celebrar la boda de su hijo con una fiesta. Envió sus siervos a llamar a los invitados, pero estos no quisieron asistir. Volvió a enviar otros siervos con este encargo: «Decid a los invitados que ya he preparado el banquete, que he matado mis toros y mis animales cebados y que todo está dispuesto. Que vengan a la boda». Pero ellos no hicieron caso y se fueron: uno a su labranza, otro a sus negocios y otros tomaron a los siervos, los insultaron y los mataron. Al saberlo el rey, se enojó y envió sus tropas, mató a aquellos homicidas y quemó su ciudad. Entonces dijo a sus siervos: «La boda ya está preparada, pero aquellos invitados no eran dignos de asistir. Id, pues, a las encrucijadas de los caminos e invitad a la boda a todos los que encontréis». Salieron los siervos a los caminos y reunieron a todos los que hallaron, tanto malos como buenos, y las bodas se llenaron de invitados. Cuando entró el rey para verlos, observó que un hombre no llevaba vestido de boda y le dijo: «Amigo, ¿cómo entraste aquí sin estar vestido de boda?». El invitado guardó silencio. Entonces el rey dijo a los que servían: «Atadlo de pies y manos y echadlo a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el rechinar de dientes», pues muchos son llamados, pero pocos escogidos. Entonces los fariseos se fueron y consultaron entre sí cómo atrapar a Jesús en sus propias palabras. Y los fariseos le enviaron algunos de sus discípulos junto con los herodianos y le dijeron: —Maestro, sabemos que eres amante de la verdad y que enseñas con verdad el camino de Dios y que no te importa el qué dirán porque no miras la apariencia de las personas. Dinos, pues, qué te parece: ¿Está permitido pagar tributo a César o no? Jesús advirtiendo su mala intención, les dijo: —¿Por qué me tentáis, hipócritas? Mostradme la moneda del tributo. Ellos le presentaron un denario y Jesús les preguntó: —¿De quién es esta imagen y esta inscripción? —De César. Y entonces les dijo: —Dad, pues, a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios. Al oír esto se quedaron asombrados y se fueron.

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