LAMENTACIONES 4:1-6
LAMENTACIONES 4:1-6 RV2020
¡Cómo se ha ennegrecido el oro! ¡Cómo ha perdido el oro puro su brillo! Las piedras del santuario están esparcidas por las encrucijadas de todas las calles. Los hijos de Sion, preciados y estimados más que el oro puro, ¡son ahora como vasijas de barro, obra de manos de alfarero! Aun los chacales dan las ubres para amamantar a sus cachorros, pero la hija de mi pueblo es cruel como los avestruces del desierto. De sed se le pega al niño de pecho la lengua al paladar; los pequeñuelos piden pan, y no hay quien se lo dé. Los que comían delicados manjares desfallecen por las calles; los que se criaron entre púrpura se abrazan a los estercoleros. Porque más fue la iniquidad de la hija de mi pueblo que el pecado de Sodoma, que fue destruida en un instante, sin manos que se alzaran contra ella.