JOB 18:1-21
JOB 18:1-21 RV2020
Replicó Bildad el suhita: ¿Cuándo pondrás fin a las palabras? Recapacita, y después hablemos. ¿Por qué nos tratas como a bestias y nos consideras gente vil? Tú, que dejas que tu enojo acabe contigo, ¿será abandonada la tierra por tu causa, o serán removidas de su lugar las peñas? Ciertamente, la luz del impío se apaga y no resplandecerá la llama de su fuego. La luz se oscurece en su casa y se apaga sobre él su lámpara. Sus pasos vigorosos se acortan y sus propios planes le hacen tropezar; porque un lazo está puesto a sus pies y entre redes camina; un cepo atrapa su talón y una trampa se cierra contra él. La cuerda está escondida en la tierra y la trampa lo aguarda en la senda. De todas partes lo asaltan temores, y lo hacen huir desconcertado. El hambre desgasta sus fuerzas y a su lado está dispuesta la ruina. La enfermedad roe su piel y sus miembros devora el primogénito de la muerte. De la confianza de su hogar es arrancado y es conducido al rey de los espantos. En su hogar mora como si no fuera suyo; piedra de azufre es esparcida sobre su morada. Por abajo se secan sus raíces y por arriba son cortadas sus ramas. Su recuerdo se borra de la tierra y nunca más es mencionado su nombre. De la luz es lanzado a las tinieblas, y es arrojado fuera del mundo. No tiene hijo ni nieto en su pueblo, ni nadie que ocupe su heredad. De su día se espantan los de occidente, y el pavor caerá sobre los de oriente. Ciertamente así son las moradas del impío, y ese es el lugar del que no conoce a Dios.